Hernia discal: síntomas graves

La hernia discal es una condición que puede causar una amplia gama de síntomas, desde molestias leves hasta dolores debilitantes que pueden interferir significativamente con la calidad de vida. A continuación, hablaremos de la hernia discal y sus síntomas graves, con el fin de que puedas identificar esta afección y acudir a un especialista lo antes posible.

Cómo saber si tienes una hernia

Para comprender los síntomas graves de la hernia discal, primero debemos entender qué es exactamente esta afección. La columna vertebral está compuesta por vértebras que están separadas por discos intervertebrales, que actúan como amortiguadores entre ellas. Una hernia discal sucede cuando el material gelatinoso dentro del disco se desplaza hacia afuera o se rompe a través de la capa exterior del disco.

Para saber si tienes una hernia, puedes comenzar por tener presentes los síntomas más generales y comunes, aunque estos pueden variar según la ubicación y gravedad de la hernia. Estos síntomas son:

  • Dolor que irradia hacia las nalgas, piernas y pies (ciática).
  • Dolor agudo o punzante en la parte baja de la espalda.
  • Debilidad muscular en las piernas.
  • Entumecimiento u hormigueo en las extremidades afectadas.

Si experimentas alguno de estos dolores de manera persistente, es importante buscar atención médica para obtener un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado.

Cómo es el dolor de una hernia discal

Más allá de tener localizado el dolor según el tipo de hernia (lumbar, cervical o dorsal), lo primero que hay que aclarar es que el dolor asociado con una hernia discal puede variar en intensidad. Algunas personas experimentan un dolor sordo y constante, mientras que otras pueden sentir un dolor agudo y punzante.

Este dolor suele empeorar al realizar ciertas actividades, como:

  • levantar objetos pesados.
  • al doblar la espalda hacia atrás.
  • estornudar, toser o reírse.
  • por las noches, después de todo el día.
  • Realizar movimientos bruscos.
  • tras estar sentado o de pie durante periodos prolongados.

El dolor de una hernia discal también puede irradiarse desde la parte afectada de la columna vertebral hacia otras áreas del cuerpo. Por ejemplo, una hernia discal lumbar puede causar dolor que se irradia hacia las nalgas, las piernas y los pies, mientras que una hernia discal cervical puede provocar dolor que se extiende hacia los hombros, los brazos y las manos.

A pesar de lo dicho, es fundamental tener en cuenta que el dolor de una hernia discal puede variar de una persona a otra y puede estar influenciado por factores como la edad, el estado de salud general y el grado de daño en el disco intervertebral.

Cómo es el dolor de una hernia discal

Hernia discal: síntomas graves

En la hernia discal algunos síntomas son graves y pueden requerir atención médica urgente. Entre esos síntomas más alarmantes están los siguientes.

Pérdida de control de la vejiga o del intestino

Uno de los síntomas graves de una hernia discal es la pérdida de control de la vejiga o del intestino, también conocida como incontinencia urinaria o fecal, cuya causa puede ser el síndrome de la cauda equina. Esto puede suceder cuando la hernia discal comprime los nervios espinales en la columna vertebral, lo que interfiere con la capacidad del cuerpo para controlar la micción y la defecación.

La pérdida de control de la vejiga o del intestino es un síntoma potencialmente grave que requiere de cuidados médicos inmediatos, ya que si verdaderamente es una compresión severa de los nervios, puede requerir una intervención quirúrgica urgente para aliviar la presión sobre la médula espinal.

Debilidad repentina en las piernas

Otro síntoma grave de una hernia discal es la debilidad repentina en las piernas, que puede hacer que sea difícil caminar o mantenerse de pie. Esta debilidad puede ocurrir cuando la hernia discal comprime los nervios que controlan los músculos de las piernas, lo que resulta en una disminución de la fuerza y la capacidad de movimiento en las extremidades inferiores.

La debilidad repentina en las piernas puede indicar un daño significativo en los nervios y la necesidad de tratamiento para prevenir complicaciones adicionales.

Pérdida de sensibilidad

La pérdida de sensibilidad puede ser un síntoma grave de la hernia discal, también asociado a la presión ejercida por el contenido de una hernia sobre los nervios. Esto puede manifestarse como hormigueo o dejar de sentir ciertas zonas, como los hombros, brazos y manos en casos de hernia cervical, o en los glúteos, piernas y pies en casos de hernia lumbar.

Cuando experimentamos esta sensación, especialmente si no sentimos el tacto o el pinchazo en estas áreas, es importante buscar atención médica de manera urgente. Con ello, podrás confirmar si se trata de una hernia de disco o descartar otras enfermedades que también podrían causar este síntoma.

En este aspecto cabe mencionar la condición conocida como “anestesia en silla de montar”. Este problema suele aparecer como resultado de postergar el tratamiento de una hernia discal y se da porque los nervios están tan comprimidos que se pierde la sensibilidad en los muslos internos, la parte trasera de las piernas y el área alrededor del recto.

Claudicación de la marcha

La claudicación de la marcha puede surgir debido al dolor de espalda, especialmente si se irradia hacia las piernas, como ocurre en casos de compresión del nervio ciático en una hernia. Cuando el dolor nos obliga a detenernos al caminar y luego podemos continuar, se denomina claudicación intermitente de la marcha.

El problema podría llegar a requerir tratamientos conservadores o intervenciones quirúrgicas, como la artrodesis vertebral, la laminectomía o técnicas más avanzadas, como la cirugía endoscópica de columna.

Dolor intenso e incapacitante

Como se ha mencionado, el dolor asociado con una hernia discal puede variar en intensidad, pero, en casos graves, puede ser tan intenso que incapacita a la persona afectada. Este dolor puede ser constante o presentarse de forma intermitente, y, además, puede empeorar con ciertos movimientos o actividades. En algunos casos, el dolor de una hernia discal puede ser tan severo que limita la capacidad de una persona para llevar a cabo actividades diarias básicas, como levantarse de la cama o moverse.

Si bien una hernia discal en sí misma no suele afectar directamente la esperanza de vida, las complicaciones graves que pueden surgir, como la compresión de la médula espinal o los nervios, podrían tener un impacto significativo en la salud y el bienestar general. Estas complicaciones, aunque poco frecuentes, pueden requerir intervenciones médicas urgentes, como cirugía, para prevenir daños permanentes.

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Síntomas graves de la hernia discal según el tipo de hernia

Además de los síntomas graves generales de una hernia discal, dependiendo del tipo de hernia que se presente, esos síntomas más preocupantes pueden variar, afectando la calidad de vida y la movilidad de quien la padece.

Hernia discal cervical: síntomas graves

Una hernia discal cervical afecta a la parte superior de la columna vertebral y puede causar síntomas graves que afectan a los brazos, los hombros y las manos. De hecho, el dolor en los brazos y en el cuello es habitualmente la primera señal de que las raíces nerviosas están irritadas por un problema en el cuello.

Sumados a los síntomas generales de la hernia de disco, los pacientes con una hernia discal cervical también pueden advertir:

  • Dolor agudo en el cuello que se irradia hacia los hombros, los brazos y las manos.
  • Entumecimiento u hormigueo en los brazos y las manos.
  • Debilidad muscular en los brazos que dificulta la capacidad para levantar objetos o realizar actividades cotidianas.

Hernia discal lumbar: síntomas graves

La hernia discal lumbar es una de las formas más comunes de hernia discal y puede causar una serie de síntomas graves. Los pacientes con una hernia discal lumbar pueden experimentar:

  • Dolor intenso en la parte baja de la espalda (dolor lumbar) que se irradia hacia las nalgas, las piernas y los pies.
  • Debilidad muscular en las piernas que dificulta la capacidad para caminar o alzar objetos.
  • Pérdida de control de la vejiga o del intestino, que puede ser un signo de compresión severa de los nervios espinales en la región lumbar.

Síntomas graves de la hernia discal lumbar

Hernia discal dorsal: síntomas graves

Aunque menos frecuente que las hernias discales lumbares y cervicales, una hernia discal dorsal puede causar síntomas graves que afectan la parte media de la espalda y el área del pecho. En la hernia discal dorsal, algunos síntomas graves pueden ser:

  • Dolor intenso en la parte media de la espalda que puede irradiarse hacia el pecho.
  • Dificultad para respirar, debido al dolor en el área dorsal.
  • Entumecimiento u hormigueo en el área del pecho.

Como vemos, la hernia discal es una afección que puede causar una amplia gama de síntomas, algunos de ellos muy graves. Ante cualquier señal persistente que puedas relacionar con esta dolencia, es importante que acudas al médico para recibir un diagnóstico preciso y determinar el mejor plan de tratamiento para tu situación específica. Con ese tratamiento y un estilo de vida saludable, los síntomas podrían mejorar.

Eso sí, debes saber que la curación natural total de una hernia discal no es posible por sí sola. Es fundamental recurrir a tratamientos, incluso aquellos menos invasivos, para aliviar el dolor y facilitar la recuperación de quien la padece. De ahí la necesidad de programar una consulta con un neurocirujano.

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