El término «proximidad» cada vez ocupa más especio en nuestro vocabulario en relación con la alimentación. Y es que los productos de proximidad tienen ya un lugar importante en la cesta de la compra de muchas personas que son conscientes de las ventajas de su consumo.
Índice
¿Qué son los productos de proximidad?
Se considera productos de proximidad a aquellos que son de temporada y que han sido cultivados y/o producidos cerca del lugar donde finalmente son vendidos.
Un ejemplo de alimentos de proximidad es el de las frutas y verduras cosechadas en la región (no en invernaderos lejanos) y que se dan dentro de su temporada.
Es decir, no son productos que se conservan en cámaras de frío, que se envasan durante semanas o que viajan miles de kilómetros hasta llegar a tu mesa.
La distancia aceptada para que un producto se considere de proximidad está acotada a un radio de menos de 100 kilómetros.
¿Qué son los productos «de kilómetro 0»?
A los productos de proximidad también se les conoce como «de kilómetro 0». Es decir, hablamos de lo mismo.
En ambos casos se refiere a géneros que se han producido en el entorno próximo, donde la distancia entre la zona de producción y de consumo es mínima.
Evidentemente, no pude ser una distancia de cero kilómetros, pero sí debe estar dentro del radio menor de 100 que se mencionaba anteriormente.
¿Qué son los alimentos de temporada?
Una de las características que tienen los alimentos de proximidad es que son de temporada.
Un alimento de temporada es aquel que, según su propio ciclo biológico, se produce durante un momento determinado del año y no durante todo el mismo.
Por tanto, se considera que dicho alimento se encuentra disponible y en su mejor punto de consumo, de manera natural, a lo largo de unos meses concretos del año.
¿Son lo mismo los productos de proximidad que los productos ecológicos?
No, no son lo mismo. Por supuesto que los alimentos de proximidad pueden ser ecológicos, pero no siempre tiene que ser así.
Los productos ecológicos son aquellos que apuestan por las opciones más naturales para su producción, evitando abonos y pesticidas químicos, así como conservantes.
Además, la denominación de producto ecológico conlleva adquirir una serie de certificaciones oficiales.
Teniendo en cuenta la definición de los conceptos, se puede entender que no se trata de lo mismo, aunque muchas veces se pueden relacionar.
Razones para consumir productos de proximidad
Consumir productos de proximidad aporta grandes beneficios, entre ellos muchos relacionados con la calidad del género y con la salud.
Estos son los motivos por los que optar por los productos de kilómetro 0.
Son productos más frescos
El tiempo transcurrido entre recolección y consumo se reduce muchísimo con los alimentos de proximidad. Debido a ello, llegan a nuestra mesa mucho más frescos, con las propiedades prácticamente intactas.
En el caso de las frutas, por ejemplo, se podrán adquirir en su óptimo momento de maduración, logrando así mantener todas sus cualidades organoléticas.
Sabores más intensos
Al poder disfrutar de los productos en su mejor momento, los sabores y aromas que ofrecen son mucho más naturales e intensos.
Además, la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria recomienda la incorporación de alimentos de temporada en nuestra alimentación diaria, con el fin de lograr un correcto estado nutricional.
Recetas más saludables
La frescura y calidad de estos alimentos hará de los menús infantiles y adultos unas comidas mucho más saludables.
Esto se debe también a que los alimentos que se producen en masa o fuera de temporada suelen crecer gracias al uso de fertilizantes, pesticidas o herbicidas. Y para los traslados a grandes distancias se pueden emplear conservantes.
Eso no pasa con los alimentos de cercanía.
Respeto y fomento a la biodiversidad
Consumir productos de proximidad supone respetar que se continúen produciendo y conservando géneros alimenticios autóctonos de diversas especies agroalimentarias. Algunas de ellas, incluso, en peligro de desaparición.
También, muchas son desconocidas por gran parte de la población, ya que se encuentran fuera de los círculos más grandes de consumo.
Mayor conocimiento sobre su procedencia
Al consumir productos de proximidad, es mucho más fácil tanto para los consumidores como para los organismos regulatorios tener un mayor control y conocimiento de la procedencia y elaboración de los mismos.
Eso suele traducirse en más salubridad y calidad. También puede suponer una mayor transparencia, ya que en ciertos casos es posible visitar a los productores y conocer la manera de elaboración, cultivo, recolección y todo el proceso hasta que el alimento llega a tu mesa.
Son mucho más sostenibles
Cuando se apuesta por los alimentos de proximidad, se está poniendo un granito de arena para cuidar al planeta. Y es que si quieres tener productos sostenibles en el hogar, en tu cocina no deben faltar las frutas y verduras de kilómetro 0.
Al tratarse de un género cercano, se consume muchísimo menos combustible para ser transportado y menos recursos naturales. Todo eso se traduce en una reducción considerable de las toneladas de emisiones de CO2 a la atmósfera, responsables del cambio climático en gran medida.
Por tanto, si quieres reducir la huella de carbono, comprar estos productos es una manera de lograrlo.
Razones económicas
Las distancias de transporte son muy cortas (lo que da lugar a lo que se conoce como slow food) y los intermediarios muchas veces no existen.
Por ello, a priori, un coste menor destinado tanto al transporte como a los intermediarios debería suponer un precio mucho más económico para el consumidor.
Es cierto que esto aún está por cumplirse en todos los casos. Si aún no sucede, es debido a que la demanda tiene que subir más para que la oferta también aumente y se logre un equilibrio en los precios.
Apoyo a la economía local
Otra de las razones para consumir productos de proximidad es porque aporta grandes beneficios a la economía cercana y local, siendo un gran respaldo para ello.
Consecuentemente, también se está apoyando al territorio donde cohabitan los productores y los consumidores.
Además, estarás favoreciendo la labor agrícola y ganadera de la zona en la que habitas, evitando la distribución a gran escala.
Sentimiento de pertenencia
Consumir productos de proximidad también crea un vínculo con la sociedad local a la que se pertenece.
Un consumo con mayor conciencia
Por todo lo anteriormente mencionado, elegir alimentos de proximidad convierte a quien los elige en un consumidor consciente, informado e implicado con su nutrición, con la sociedad y con el medio ambiente.
Por qué son sostenibles los alimentos de proximidad
Según datos de la Comisión Europea, el transporte de mercancías genera un 20% de las emisiones de gases de efecto invernadero dentro de Europa.
Cuanto más largo sea el trayecto, mayores cantidades de residuos se emiten, además de provocar más posibilidades de que aumente el desperdicio de alimentos. Además, dentro de los grandes contendores agrícolas se pueden transportar especies invasoras que dañen nuestros ecosistemas.
Todas estas características negativas quedan reducidas con los productos de proximidad:
- El transporte es más corto, por lo que la huella de carbono es menor.
- Los alimentos llegan frescos a los consumidores, reduciendo el desperdicio de alimentos ocasionado por unos trayectos largos.
- Es una venta local, por lo que no podrían introducirse especies invasoras.
En resumen: apostar por los productos cercanos es apostar por la sostenibilidad, luchando contra las emisiones de CO2 y el cambio climático.
Cómo diferenciar los productos de proximidad
Para poder diferenciar los alimentos de proximidad de otros, es importante conocer y tener presentes las principales características básicas de estos productos en el momento de la compra.
Recordemos:
- Deben ser producidos y vendidos en un radio no superior a 100 km.
- Son productos estacionales de temporada.
En el caso de comprar directamente al productor, basta con preguntar el origen, aunque prácticamente en todos los casos se tratará de una producción local.
En cambio, si el producto está en un comercio, tendrás que tener en cuenta las características mencionadas. Con ello, se debe observar la etiqueta de los alimentos con detenimiento para poder saber si lo que tienes en las manos es un producto de proximidad o no.
En ocasiones se añade en la propia etiqueta la información y se señala abiertamente que es un alimento de proximidad.
No obstante, en la mayoría de casos basta la lógica. Si estás comprando en Madrid un producto cuyo origen se indica que es Marruecos, no estás ante un producto de proximidad.
Tampoco son de proximidad las fresas que estás comprando en agosto, ya que esa no es su temporada. La temporada de esta fruta va desde enero hasta mayo, aproximadamente.
Dónde comprar alimentos de proximidad
Lo cierto es que en nuestro país tenemos mucha suerte, puesto que debido a la gran variedad meteorológica que hay y a las características geográficas del territorio, se pueden encontrar productos autóctonos muy diversos.
Por ejemplo, en el interior de la península y en Andalucía se pueden dar los mejores aceites de oliva virgen extra, así como fresas, tomates, aguacates y espárragos.
La zona mediterránea es productora de verduras y frutas como brócoli, calabacines, alcachofas, cebollas, tomates, melones, naranjas, peras, límites, además de arroz, carne y pescado.
El norte aporta muy buena materia prima en lo que a pescados y mariscos se refiere: mejillones, berberechos, navajas…
Por su parte, dentro de las islas Canarias también disfrutan de muchos productos de proximidad de calidad, como el tomate, los plátanos y los aguacates.
Para poder acceder a los alimentos de proximidad, existen varias alternativas.
- En los mercados locales, donde se reúnen los productores para la venta directa.
- Cada vez proliferan más las pequeñas tiendas locales donde se vende este tipo de género.
- Muchos productores locales utilizan ya las redes sociales como canales donde exponer sus productos y venderlos a domicilio o en un punto concreto.
- Además, el Ministerio de Agricultura pone a disposición de los ciudadanos un buscador de plataformas de venta de alimentos de proximidad en todo el país.
Una alimentación saludable para las personas que vaya de la mano de la salud del planeta es posible gracias a este tipo de productos. Además, optar por ellos también es comenzar a inculcar unos hábitos de consumo óptimos, en muchos sentidos, para los más pequeños de la casa.