¿Cómo reducir la huella de carbono?

Muchas de las actividades cotidianas que realizamos en el día a día, desde que nos levantamos, tienen un efecto en el planeta, ya que contribuyen a la emisión de dióxido de carbono y otros gases que afectan a la atmósfera. Esa es la huella de carbono. En este artículo conocerás más sobre el impacto de tus acciones en este fenómeno, cómo puedes ayudar a reducir tu huella de carbono y la importancia de tomar conciencia sobre este tema para salvar a nuestro planeta.

¿Qué es la huella de carbono?

La huella de carbono es un parámetro ambiental que está estandarizado por normas internacionales como ISO 14065 o 14069 y el Ministerio para la Transición Ecológica la define como la totalidad de gases efecto invernadero que se emiten a través del consumo y producción de servicios y bienes, ya sean por efecto directo o indirecto de un individuo u organización.

¿Se puede medir el impacto de nuestra huella de carbono?

El impacto de la huella de carbono es medible y ese cálculo es el que hace posible que podamos conocer el impacto que tienen nuestras acciones, lo que sería la huella de carbono personal, así como la repercusión que tiene la actividad de una compañía, huella de carbono empresarial.

Estos datos hacen más visible el impacto de los gases efecto invernadero y ayudan a buscar soluciones para poder reducirlo y así, poder contribuir al retraso del cambio climático.

Por ejemplo, es posible calcular la cantidad de dióxido de carbono y otros gases que se emiten al fabricar una camiseta o unos vaqueros o el impacto que tiene utilizar nuestro coche o el teléfono móvil. Todo ello depende de las opciones de producción y del consumo. Coger un tren emite 14 g de carbono por kilómetro, un coche 104 g y un avión 285 g.

Cómo minimizar la huella de carbono en el día a día

A título personal, podemos realizar pequeñas acciones o cambios de hábitos en nuestro día a día que tengan menos impacto en el medio ambiente y, por lo tanto, reduzcan nuestra huella de carbono.

Los próximos años serán decisivos para la lucha contra el cambio climático y las siguientes propuestas nos harán estar un paso más cerca de ganar esta batalla:

  • El comercio y consumo local, así como la compra de alimentos y productos de temporada.
  • Consumir alimentos que hayan sido producidos de forma sostenible, por ejemplo, el pescado de pesca sostenible.
  • Evitar el uso de embalajes, bolsas y plásticos en exceso. Ten a mano siempre una bolsa de tela.
  • No desperdiciar alimentos y comprar solo lo necesario.
  • Evitar el consumo masivo de prendas de vestir o lo que se conoce como el fast fashion. Apuesta por ropa de segunda mano, cuida bien la tuya, alquila o customízala.
  • En caso de tener que comprar ropa apuesta por marcas ecológicas, de comercio local, que fabrique con materiales reciclados o sostenibles.
  • Haz un mayor empleo del transporte público o la bicicleta y reduce el empleo del coche o comparte siempre que puedas.
  • El tren es un medio de transporte mucho más sostenible. Si llegas a tu destino igual que en avión, baraja la posibilidad de usar primero el tren.
  • Evita el empleo de calefacciones o aires acondicionados y en caso de que lo hagas, regula la temperatura.
  • Haz un consumo consciente del agua: duchas cortas, cierra el grifo mientras te lavas los dientes, enjabonas las manos o friegas los platos.
  • No dejar enchufados electrodomésticos o cargadores que no están sirviendo.
  • La huella digital también está a la orden del día, no almacenes más datos de los necesarios en la nube.
  • Recicla lo máximo posible tus residuos.
  • Siempre que puedas, compra productos que lleven la etiqueta A, es decir, que sean eficientes desde el punto de vista energético, por ejemplo, electrodomésticos de bajo consumo, como frigoríficos o lavadoras, que también ayudarán a reducir la factura de la luz.
  • Utiliza energías renovables siempre que esté a tu alcance.
  • Pásate a la iluminación con luces LED, ya que puedes ahorrar hasta dos tercios de la energía que consumes con otros modos de iluminación.

Como ves, hay una amplia lista de consejos y acciones que podemos realizar para minimizar nuestra huella de carbono. Pero también, como veremos a continuación, está en manos de las empresas.

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¿Cómo pueden reducirla las empresas?

La huella de carbono de una empresa incluye las emisiones de CO₂ y otros gases como el Metano, Ozono o los Clorofluorocarbonos, de efecto invernadero, que son producidos por su actividad, ya sea de forma directa o indirecta.

También se puede ver la huella de carbono de los productos fabricados por una empresa, que incluye todo su ciclo de vida, es decir, desde la recolección de materias primas para su fabricación, el uso que se hace de él y su tratamiento como residuo.

Muchas empresas tienen como objetivo ser neutras en carbono, es decir, tener un balance cero de CO₂ y por ello se han sumado de forma voluntaria al registro de la huella de carbono que generan.

Gracias a pasos como este, las empresas pueden optimizar su gestión, ahorrar en costes, mejorar el cumplimiento de la legislación ambiental, ofrecer un mayor servicio a sus consumidores, ya que serán más transparentes y sostenibles y dar ejemplo a otras compañías.

Algunos cambios que las empresas pueden instaurar para reducir su huella de carbono:

  • Sumarse al registro de la huella de carbono.
  • Usar gases refrigerantes con menor potencial de calentamiento global.
  • Utilizar energías renovables como placas solares.
  • Modificar la política de movilidad de sus trabajadores, así como el transporte de las mercancías para hacerlos más sostenible.
  • Utilizar electrodomésticos de bajo consumo y tecnologías más eficientes.
  • Minimizar sus residuos y reducir el consumo de materias primas.
  • Apagar equipos.
  • Promover el teletrabajo o jornadas flexibles para hacer menor empleo de las instalaciones.
  • Contar con proveedores que también registren su huella de carbono y estén intentando reducirla.

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¿Por qué es tan importante la reducción de la huella de carbono?

Conocer nuestra huella de carbono y la de las empresas es fundamental para poder reducirla. La población del planeta sigue aumentando y, desgraciadamente, nuestros recursos no son infinitos. La emisión de gases nocivos hace que se acelere el cambio climático y tomar consciencia de ello nos ayuda a poder frenarlo.

Gracias a la medición y reducción de la huella de carbono podremos definir mejor las políticas de actuación, tanto por parte de los organismos y entidades públicas como privadas.

Nos podremos alinear con los objetivos de planes gubernamentales como el Acuerdo de París. Y también ayudar a la comprensión por parte de la ciudadanía del impacto ambiental que tiene cualquier proceso de producción.