La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad crónica que ataca al sistema nervioso central y actualmente afecta a más de 2 millones de personas en todo el mundo. Esta enfermedad tiene un impacto significativo en su calidad de vida y, naturalmente, en su expectativa de vida. Pero, ¿hasta qué punto? Hablamos sobre la esperanza de vida con esclerosis múltiple.
Tipos de esclerosis múltiple
Aunque se desconocen sus causas exactas, se cree que la esclerosis múltiple es una enfermedad de naturaleza inmunomediada. Esto significa que el sistema inmunitario ataca erróneamente los tejidos sanos del sistema nervioso central, desencadenando así procesos inflamatorios y daños en dichos tejidos. Por este proceso se interrumpe la transmisión de señales nerviosas entre el cerebro, la médula espinal y otras partes del cuerpo, dando lugar a los diversos síntomas asociados con esta enfermedad.
Conforme a las definiciones establecidas en 1996 por el Comité Asesor Internacional sobre Ensayos Clínicos de la Esclerosis Múltiple, existe una clasificación de cuatro tipos de esclerosis múltiple o cursos de la enfermedad. Cada uno de esos tipos de esclerosis cuenta con características distintas que influyen en el desarrollo de este padecimiento, así como en la esperanza de vida del paciente. Estos son:
Síndrome clínicamente aislado
Según la National Multiple Sclerosis Society, el término “síndrome clínicamente aislado” se utiliza para describir el primer episodio de síntomas neurológicos, aunque es importante aclarar que experimentar este síndrome no garantiza necesariamente el desarrollo futuro de esclerosis múltiple. Algunas investigaciones indican que iniciar el tratamiento de manera precoz para el síndrome clínicamente aislado puede retardar la progresión hacia la esclerosis múltiple.
Esclerosis Múltiple Remitente-Recurrente (EMRR)
La forma más común de esclerosis múltiple es la remitente-recurrente, caracterizada por ataques definidos de nuevos síntomas neurológicos o su agravamiento, también conocidos como recaídas o exacerbaciones, seguidos por períodos de recuperación parcial o completa, o remisión.
Aproximadamente el 85% de los pacientes diagnosticados con esclerosis múltiple inicialmente tienen esta forma de la enfermedad. A medida que progresa, la enfermedad puede evolucionar hacia una forma secundaria progresiva de esclerosis múltiple.
Esclerosis Múltiple Secundaria Progresiva (EMSP)
En ciertos casos, individuos diagnosticados con esclerosis múltiple recurrente remitente pueden experimentar una transición hacia la forma secundaria progresiva de la enfermedad.
En esta etapa, las funciones neurológicas pueden deteriorarse gradualmente y la discapacidad puede aumentar con el tiempo. La evolución de la EMSP varía según cada persona, pero su principal característica es que no es un progreso estable, sino con brotes de remisiones y recaídas.
Esclerosis Múltiple Primaria Progresiva (EMPP)
Este tipo de esclerosis se caracteriza por un deterioro continuo de las funciones neurológicas o la acumulación progresiva de discapacidad desde el inicio de los síntomas, sin recaídas ni remisiones iniciales, siendo esta su principal diferencia con la EMSP.
Aproximadamente el 15% de las personas diagnosticadas con esclerosis múltiple presentan esta variante de la enfermedad.
Esclerosis Múltiple Degenerativa
Por último, cabe mencionar también el término Esclerosis Múltiple Degenerativa. Este concepto se utiliza a menudo para describir casos de EM en los que los síntomas progresan rápidamente y de manera severa, afectando significativamente la calidad de vida y acortando la esperanza de vida. Sin embargo, es importante destacar que la degeneración en sí no es reconocida como un tipo de esclerosis múltiple por la mayoría de los expertos.
Esperanza de vida con esclerosis múltiple
Determinar la esperanza de vida de pacientes con esclerosis múltiple es complejo debido a la variabilidad de la enfermedad y la influencia de múltiples factores. Entre ellos están la edad de inicio, la gravedad de los síntomas, la respuesta al tratamiento y la presencia de comorbilidades.
Algunas personas con EM presentan otras enfermedades asociadas que pueden repercutir en la evolución de la esclerosis, como son:
- La hipertensión arterial
- Los trastornos gastrointestinales,
- El colesterol alto,
- Alguna enfermedad tiroidea,
- La depresión o la ansiedad
- La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
Por todo ello, según un estudio de la revista Neurology, las personas con esclerosis múltiple pueden enfrentar un riesgo considerablemente mayor de morir prematuramente en comparación con aquellos que no sufren la enfermedad. En particular, para aquellos menores de 59 años, el riesgo de muerte prematura podría triplicarse en comparación con individuos libres de la misma.
Las investigaciones estiman que los pacientes con EM tienen una esperanza de vida promedio de 6 o 7 años menos que quienes no la padecen. Es decir, con esclerosis múltiple, el tiempo de vida sería, de media, de unos 76 años, en contraste con los 83 años para personas sin la enfermedad.
No obstante, en general, se ha observado que la esperanza de vida de las personas con EM ha aumentado en las últimas décadas gracias a los avances en el diagnóstico temprano y el tratamiento.
Además, para cada subtipo de esclerosis múltiple, la esperanza de vida puede variar.
Esclerosis Múltiple Remitente-Recurrente: esperanza de vida
Los pacientes con EMRR suelen tener una esperanza de vida similar a la población general si se manejan adecuadamente los síntomas, se establece un plan de tratamiento eficaz y se sigue al completo este tratamiento. Las terapias modificadoras de la enfermedad (DMD, por sus siglas en inglés) han demostrado mejorar la calidad de vida en personas EMRR.
Eso sí, es importante determinar que no hay una cura definitiva para la EM. Por ese motivo, además de los tratamientos médicos para retrasar su avance o reducir los síntomas, como en cualquier caso, adoptar un estilo de vida saludable siempre puede disminuir el riesgo de desarrollar otras enfermedades que la compliquen. Estas estrategias incluyen:
- Limitar el consumo de alcohol.
- Mantener una actividad física regular.
- Seguir una dieta saludable, que puede ayudar a manejar síntomas como la fatiga y los problemas intestinales o de vejiga.
- Dejar de fumar.
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Esclerosis Múltiple Primaria Progresiva: esperanza de vida
Dada su progresión continua sin remisiones, la esperanza de vida con EMPP puede ser ligeramente más corta que en la EMRR, pero muchos pacientes pueden vivir décadas después del diagnóstico, especialmente con los avances en el tratamiento de la enfermedad.
Esclerosis Múltiple Secundaria Progresiva: esperanza de vida
Cuando se trata de una EMSP, los tratamientos modificadores de la enfermedad pueden ayudar a ralentizar su progresión y mejorar la calidad de vida, especialmente en los periodos en los que el paciente presenta una remisión. Esto posibilita cierta recuperación de los síntomas, por lo que también se asocia a un menor desarrollo de discapacidad y mejor expectativa de vida que con una esclerosis sin remisión.
Esclerosis Múltiple Degenerativa: esperanza de vida
El grado degenerativo de la esclerosis múltiple puede tener un impacto significativo en la esperanza y la calidad de vida, debido a su progresión rápida y severa de los síntomas. Aun así, es muy difícil concretar el tiempo de vida de un paciente con una EM degenerativa, ya que dependerá de cómo le afecte esa progresión.
En cualquier caso, se podría decir que la esclerosis múltiple no es causa de muerte como tal para quienes la padecen, sino que pueden ser las complicaciones derivadas las que impactan en su esperanza de vida.
Lo que sí se sabe es que la EM destaca como la causa primordial de discapacidad neurológica adquirida entre los 20 y 40 años, con una mayor incidencia en mujeres que en hombres. De hecho, según información proporcionada por la Sociedad Española de Neurología (SEN), representa la principal causa de discapacidad en jóvenes después de los accidentes de tráfico, con aproximadamente 1.800 nuevos casos diagnosticados cada año en España.
Dado el impacto significativo que la esclerosis múltiple tiene en la población joven y el riesgo asociado de discapacidad neurológica, es fundamental considerar ciertas medidas de protección personal, más allá de la salud, con el fin de garantizar el bienestar a largo plazo.