Entre los controles prenatales que debe hacerse una mujer durante la gestación de un bebé, se encuentran las ecografías. Estas imágenes son mucho más que la primera «foto» de un hijo o hija. La ecografía durante el embarazo es una prueba fundamental, pues es la que nos va a decir cómo se está desarrollando el bebé, además de detectar problemas de manera precoz en el feto y en la madre.
Después del test de embarazo o la analítica a fin de comprobar que este ha comenzado, las ecografías son las pruebas más importantes, y la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia recomienda que se hagan por lo menos cuatro.
La ecografía de embarazo aporta mucha información valiosa sobre el bebé y es esencial hacer todas las recomendadas por el profesional médico.
Índice
- ¿Qué es la ecografía en el embarazo?
- ¿Para qué sirve una ecografía en el embarazo?
- ¿Cuándo se realiza la primera ecografía del embarazo?
- ¿Cuántas ecografías hay en el embarazo?
- ¿Debo hacerme más de tres ecografías durante el embarazo?
- Preparación previa para una ecografía de embarazo
- Tipos de ecografías durante el embarazo
¿Qué es la ecografía en el embarazo?
Una ecografía es un procedimiento de diagnóstico por imagen. Se trata de una técnica médica que usa ondas de ultrasonido.
Para poder llevar a cabo una ecografía de embarazo, el profesional médico utiliza un dispositivo llamado transductor que desliza, tras extender un gel, sobre la tripa de la mujer embarazada. También puede optar por introducirlo por la vagina. Eso dependerá de lo avanzada que esté la gestación.
Las ondas de ultrasonido se reflejan en los diferentes tejidos del cuerpo y, cuando regresan al transductor, se convierten en señales que permiten ver imágenes de los tejidos a través de una pantalla.
Se trata de una técnica muy sencilla, barata e inocua. Por ello, es el método que más se emplea dentro de las pruebas prenatales para realizar un seguimiento del embarazo.
¿Para qué sirve una ecografía en el embarazo?
De manera general, una ecografía sirve para conocer:
- Información sobre el curso de la gestación (asegurando que el embrión/feto tiene vida).
- Cantidad de líquido amniótico.
- Localización de la placenta.
- Número de fetos.
- Crecimiento fetal.
- Sexo del bebé.
- Grado de bienestar del feto.
- Posición del feto dentro del útero.
- Diagnóstico de posibles anomalías fetales.
Durante el embarazo se realizan varias ecografías. No en todas ellas se obtiene toda la información mencionada, ya que algunos datos, como el sexo del bebé, solo se saben a partir de un determinado número de semanas de embarazo.
¿Hay riesgos en una ecografía de embarazo?
No, las ecografías del embarazo son un procedimiento seguro, tanto para la mujer como para el bebé.
Las ecografías no utilizan para su funcionamiento radiaciones ionizantes del tipo de los rayos X, sino los ultrasonidos.
El paso de los mismos a través de los tejidos puede llegar a liberar calor por su efecto térmico. Sin embargo, la cantidad que se libera en los equipos médicos es insignificante, por lo que no se ha detectado hasta la fecha ningún efecto adverso.
Por supuesto, para que no haya ningún problema, es necesario que el equipo se emplee adecuadamente, y siempre y cuando sea útil para obtener información médica sobre la gestación.
A la hora de someterse a la ecografía, la mujer sentirá cierta presión cuando el facultativo mueva transductor, pero no se trata de un procedimiento doloroso.
¿Cuándo se realiza la primera ecografía del embarazo?
La primera ecografía del embarazo es uno de los momentos que con más ilusión esperan las futuras mamás y los futuros papás. Algunas mujeres pueden tener la tentación de pedir una ecografía enseguida, y se la harán en la sanidad privada.
De forma habitual, esta primera ecografía recomendada por los especialistas es la que se hace entre la semana 11-14 de la gestación. Es decir a finales del tercer mes de embarazo. Se trata de una ecografía transvaginal y tiene algunos objetivos importantes, como por ejemplo:
- Calcular la edad gestacional al medir la longitud cráneo-raquídea.
- Sirve para descartar embarazos múltiples, ectópicos o malformaciones como la acondroplasia.
En algunas ocasiones se debe realizar una ecografía temprana, que es anterior a esta. Dicha ecografía se puede programar entre las semanas 6-10 de embarazo.
¿Cuándo se puede escuchar el latido del corazón del bebé?
El latido fetal podrá apreciarse, gracias a una ecografía, a partir de la sexta o séptima semana de embarazo.
Desde ese momento, la ausencia de ese latido siempre supone un mal pronóstico.
Sin embargo, no será hasta la semana 8-10 de gestación cuando el latido del feto se puede escuchar amplificado a través del Doppler.
¿Cuándo se puede saber el sexo del bebé?
El sexo del bebé es posible determinarlo, con una fiabilidad superior al 99% y en más del 95% de los casos a partir de la semana número 18 del embarazo, siempre y cuando realice la ecografía un profesional experimentado.
En la ecografía de 12 semanas de embarazo y hasta la semana 18 es posible saberlo en un porcentaje también bastante alto de mujeres embarazadas, pero con un margen de error también mayor.
¿Cuántas ecografías hay en el embarazo?
La ecografía es la prueba más importante después de un test de embarazo positivo para saber que este proceso que se ha iniciado, evoluciona.
Según la recomendación de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, además de otras sociedades científicas, tendrán que realizarse, al menos, tres ecografías durante un embarazo normal, correspondiéndose cada una a un trimestre de la gestación.
Veamos cuáles son estos estudios ecográficos.
Ecografía del primer trimestre
La primera ecografía se lleva a cabo en el primer trimestre de embarazo, entre las semanas número 11 y 14. A veces se le llama ecografía de 12 semanas de embarazo porque es el punto intermedio dentro del periodo en el que se suele ejecutar.
Esta ecografía da información sobre la vitalidad embrionaria, así como el número de embriones y el tiempo de embarazo gracias a la medida de la longitud del embrión.
Entre los análisis más importantes que se extraen de esa ecografía se encuentran:
- La translucencia nucal, que debe situarse por debajo del percentil 95. Si estuviese aumentado su grosor podría indicar que el feto tiene algunos problemas, como síndrome de Down, alteraciones cardíacas, etc.
- Se mide el hueso nasal del feto. En un 70% de los fetos con síndrome de Down, este hueso es inexistente en esta primera ecografía o muy pequeño.
- Estudio pormenorizado de la anatomía del feto para conocer que el desarrollo del mismo es el correcto para el tiempo de embarazo.
- Se realizan estudios con la técnica Doppler. Esta técnica sirve para evaluar y medir el flujo de sangre que transcurre a través del sistema circulatorio y corazón del feto.
- También se estudian las arterias uterinas en esta primera ecografía del embarazo. Con ello se pueden determinar posibles riesgos de desarrollar una preeclampsia y/o una insuficiencia de la placenta.
- Es probable que te digan el sexo del bebé, pero no con total seguridad, ya que en esta ecografía no suele verse claro.
Ecografía del segundo trimestre (ecografía morfológica)
Tras la primera ecografía de embarazo, habrá que esperar a las semanas 18 a 22 para el siguiente estudio ecográfico, el cual será trans-abdominal.
Esta ecografía se le conoce también como ecografía de la semana 20 o la ecografía morfológica, ya que su objetivo principal es diagnosticar posibles malformaciones del feto.
Para este momento, el feto ya está formado casi al completo. Además, la gran mayoría de complicaciones y alteraciones que pudiese tener ya van a ser detectables en esta imagen.
Debido a ello, el profesional médico que la ejecute debe hacerla detenidamente, siguiendo el orden preciso y sistemático del rastreo de la anatomía fetal (cara, cabeza, columna vertebral, abdomen, tórax, corazón y sus extremidades).
No dura más de media hora y no es invasiva, por lo que se puede repetir en más ocasiones si queda alguna duda, lo que es posible que ocurra con las mujeres de más peso, ya que en este caso las imágenes no son tan nítidas.
También es en esta ecografía cuando es más seguro conocer el sexo del bebé, con menos probabilidades de fallar.
Ecografía del tercer trimestre
Cuando se llega al tercer trimestre de embarazo se realiza una tercera ecografía, más concretamente entre las semanas 32-36. Con ella se estudia la posición del feto, el peso que tiene este y su bienestar. Esta ecografía, al igual que la segunda, también es trans-abdominal.
Como hemos comentado, se mira de qué manera se ha posicionado el bebé, puesto que algunas veces no lo está de la forma correcta, que es con la cabeza hacia abajo, pero se dan casos en los que “viene de nalgas” como se dice vulgarmente, lo que se verá en las imágenes del ecógrafo.
Para este fin se mide y se «pesa» a través de una fórmula matemática en la que se introducen sus medidas. Además, se usa el Doppler para confirmar que la función de la placenta es la correcta. También se comprueba la localización de la placenta y cuánto líquido amniótico hay en ese momento, pues de existir una cantidad reducida el feto puede estar en riesgo, lo que supondría valorar la posibilidad de adelantar el parto.
Esta ecografía del embarazo también sirve para investigar anomalías de aparición tardía o incluso que pueden tener repercusión en edades adultas. Por ejemplo, dilataciones intestinales, hidrocefalia, obstrucciones renales, etc.
¿Debo hacerme más de tres ecografías durante el embarazo?
Realizarse un número mayor de ecografías durante el transcurso de un embarazo normal no mejora los resultados. Incluso, cada vez hay más dudas sobre la conveniencia de hacer más de estos tres estudios mencionados.
Lo recomendable es llevarlas a cabo solo por razones médicas cuando sea necesario y no por el simple capricho de ver al bebé siempre que se desee.
Sí que serán necesarias más de tres ecografías a lo largo de un embarazo cuando son fundamentales exploraciones adicionales. Por ejemplo, tras el diagnóstico de alguna malformación del feto o determinados riesgos durante la gestación.
Ecografía a las seis semanas del embarazo
Aunque se dice que la primera ecografía del embarazo es la que se hace a partir de la semana 11, lo cierto es que algunas veces se pide una en la sexta semana de la gestación.
La razón por la que en muchos sitios no la nombran dentro de las ecografías programadas es que no es abdominal, es decir, que no es la “clásica” en la que la madre se tumba y el médico le pasa el terminal del ecógrafo por el abdomen.
Esta es una ecografía de las que se denominan transvaginal, ya que para realizarla se pone en la vagina un dispositivo que emite ondas sonoras y las capta cuando rebotan.
¿Para qué se hace?
Los test de embarazo son fiables, y ya en el segundo mes la mamá nota que su cuerpo está comenzando a transformarse, pues el útero ya está cambiando de tamaño. A pesar de eso, lo mejor es acudir al ginecólogo, el cual programará la prueba, asegurándose así de que el embrión está bien implantado y el embarazo se desarrolla sin inconvenientes.
Aquí no hay que esperar ver nada, pues el pequeño es tan diminuto que lo único que es posible apreciar es una especie de protuberancia. Además, el tamaño no es más grande que el de una habichuela.
Si hay suerte se puede escuchar el latido del corazón y ver algo similar a una cabeza, además de apreciar una especie de bultos que será de los que “salgan” los brazos y las piernas.
¿Es perjudicial hacerse más ecografías?
Las ecografías son pruebas no invasivas que no afectan a la salud de la madre ni a la del feto, de manera que aunque con las cuatro que hemos visto hay suficiente, siempre que el ginecólogo no crea que se necesita alguna más, la madre se puede hacer las que quiera.
En la sanidad privada no le van a poner ninguna objeción, y a veces se pide alguna más con el fin de obtener una segunda opinión y tener más tranquilidad, puesto que para la madre su futuro hijo es lo más importante, así que es normal que a veces quiera tener más pruebas de que todo va bien.
Preparación previa para una ecografía de embarazo
Para someterse a cualquiera de las tres ecografías necesarias durante la gestación, no se requiere de casi ninguna preparación especial.
Simplemente, se suele recomendar no usar crema hidratante las 24 horas anteriores a la prueba, pues alguna de ellas podría interferir, dificultando la transmisión de los ultrasonidos.
Además, cuando la primera ecografía se realiza antes de la semana 10 de embarazo será necesario llevar la vejiga moderadamente repleta, aunque esto no será preciso si se usa la ecografía transvaginal.
Tipos de ecografías durante el embarazo
El ámbito del diagnóstico por imagen ha evolucionado tanto que es posible, a día de hoy, conseguir imágenes de los fetos mucho más detalladas que hace algunos años.
Entre los tipos de ecografías para el embarazo que existen, están los que siguen.
Ecografía transvaginal y abdominal
La ecografía transvaginal es la que se suele realizar al comienzo del embarazo, cuando el feto es muy pequeño, ya que permite verlo todo de manera más detallada.
La ecografía abdominal o tran-sabdominal es la más usada. Se realiza pasando el transductor por el vientre, mostrando este la imagen del bebé a través de las ondas sonoras.
Ecografía 2D
La ecografía de embarazo 2D (2 dimensiones) es la ecografía convencional, que se realiza habitualmente en los centros sanitarios públicos.
Esta aporta imágenes bidimensionales en escala de grises y es la principal modalidad utilizada en la gestación.
Además de esta ecografía existen otras más evolucionadas, que dan la posibilidad de valorar al feto en los 3 planos ortogonales del espacio.
Ecografía 3D
Esta ecografía es muy útil para estudiar la cabeza del feto por dentro y así tener una complementación a los datos obtenidos con la ecografía 2D.
También ayuda a identificar vértebras que estén afectadas en las espinas bífidas, facilitando la comprensión de gran parte de esta patología.
Esta imagen juega un papel muy relevante en la actualidad para el diagnóstico prenatal.
Ecografía 4D
Con esta ecografía se puede estudiar la superficie de un feto en movimiento. Esto se consigue al captar muchas imágenes por segundo.
Por ello, no solo cumple una misión de diagnóstico. Al permitir analizar gestos, rasgos y movimientos, favorece y aumenta la aparición de los vínculos psicoafectivos de los futuros padres con su futuro hijo.
Ecografía 5D
Hoy en día ya existe una opción que permite ver al bebé de manera aún más real. Se trata de la ecografía 5D HD Live.
Este es un tipo de ecografía tridimensional en la que se emplea la ecografía de alta resolución, pero a la vez se le aplica un software concreto que posibilida ver la superficie del bebé con un color que se parece mucho más al de la piel.