Normalmente, cuando una persona llega al supermercado y empieza a llenar su cesta, no reflexiona mucho sobre cómo han llegado esos productos hasta sus manos. Tampoco pensará en la posibilidad de que acaben desechados por sí misma días más tarde y es así como se produce parte del desperdicio de alimentos. Por ello, os vamos a dar varios tips para que esto no suceda en vuestra casa.
Índice
¿Qué es el desperdicio de alimentos?
El desperdicio de alimentos se define, según la FAO, como una merma en las sucesivas etapas que tienen lugar en la cadena de suministro de alimentos que se destinan al consumo humano.
Es decir, la comida no solo se desperdicia cuando no la ingerimos porque consideramos que ya está en mal estado o porque nos hemos equivocado en la cantidad al elaborar un plato. Son muchos los motivos por los que un alimento se desecha sin ser consumido: no se compra antes de caducar, se estropea durante el transporte, durante la propia recolección, etc.
Se calcula que en los países industrializados, alrededor del 40% de la pérdida de los alimentos se produce a nivel del minorista o del consumidor final. Por su parte, en los países en desarrollo, ese 40% de desperdicio de alimentos se da durante las cosechas o el procesamiento.
Esa pérdida puede ser intencionada o accidental, pero el resultado es una menor disponibilidad de alimentos para el conjunto.
Consecuencias del desperdicio alimentario
El desperdicio de alimentos trae consigo graves consecuencias de diversa índole.
Problemas ambientales
La pérdida de alimentos provoca daños en el suelo, el agua, el clima y a la biodiversidad, y por ello es necesario evitarlo para hacer de La Tierra un lugar mucho más sano.
Se calcula que el desperdicio es de unos 1.300 millones de toneladas de alimentos al año, lo que afecta a los propios recursos naturales que nos hacen falta para alimentarnos.
Además, las emisiones de gases de efecto invernadero provocadas por el desperdicio alimentario casi equivalen a las emisiones que provoca el transporte por carretera, siendo el responsable del 8% de las emisiones globales de estos gases.
Por su parte, el sector cárnico provoca un gran impacto en el ambiente en aspectos como la ocupación del suelo y la huella de carbono, así como el despilfarro de hortalizas especialmente en países de Europa y Asia.
Adicionalmente, aunque cada vez se apuesta más por un tipo de agricultura sostenible, la mayoría de producciones agrícolas son insostenibles, así como la ganadería y silvicultura. Estos son responsables de un 25% aproximadamente de las emisiones antropogénicas de los gases de efecto invernadero. Principalmente, por los fertilizantes y en forma de metano del ganado.
Por último, cabe hablar de la huella hídrica azul que deja el desperdicio alimentario. Esta es de 250 km³, siendo la carne y la fruta los productos que más contribuyen a una pérdida de agua por el despilfarro de alimentos.
Consecuencias económicas
Por supuesto, el desperdicio alimentario también supone un coste económico.
La FAO calcula que las consecuencias son de unos 900.000 millones de dólares por costes sociales y 700.000 millones en costes ambientales.
Además, las pérdidas alimenticias que se podrían evitar y no se logra hacerlo, tienen un impacto muy negativo en los ingresos tanto de agricultores como de los propios consumidores.
Problemas éticos
Mientras que se produce un 60% más de los alimentos que necesitamos, 40.000 personas mueren de hambre cada día.
Vivimos en un sistema que no es justo, eficiente ni sostenible. Algo falla cuando más de mil millones de toneladas de comida son desechadas cada año y parece que sigue sin importar el impacto que esto supone.
Consejos para evitar el desperdicio alimentario en casa
Lo cierto es que hay medidas muy sencillas que puedes empezar a tomar en casa desde hoy para reducir bastante el desperdicio de alimentos. ¡Toma nota de estos 8 consejos!
1. Revisa tu despensa y nevera y haz lista de la compra
Una de las mejores fórmulas para evitar desechar comida en casa es nunca ir a hacer la compra sin antes haber revisado y apuntado lo que de verdad necesitas.
Esto te ayudará a no acumular alimentos que quizás no llegues a consumir antes de que se pongan en mal estado.
Además, llevar la lista de la compra hecha te ayudará también a ahorrar y a no perder tiempo de más en el supermercado.
2. Planifica tu menú
Este punto está muy vinculado al anterior y es que si te organizas el menú semanal podrás saber de antemano y de manera más fidedigna lo que realmente vas a consumir en los siguientes 7 días.
Comprarás de manera consciente y te ajustarás a lo que habías establecido.
3. Congela los alimentos
Otro consejo para controlar el desperdicio de alimentos es almacenar en el congelador lo que no vayas a consumir muy próximamente. Esto alargará la vida de los productos y te ayudará a aprovecharlos al máximo.
Por ejemplo, puedes cortar frutas y verduras y congelarlas en recipientes de silicona bien cerrados. Te durarán semanas, mientras que fuera se echarán a perder en unos días.
4. Diferencia entre la fecha de consumo preferente y la de caducidad
Un grave error que cometen muchos consumidores es no saber diferenciar entre fecha de caducidad y la fecha de consumo preferente. Veamos qué significa cada una:
- Fecha de caducidad: esta fecha señala cuándo, desde un punto de vista sanitario, un producto deja de ser seguro.
- Fecha de consumo preferente: esta indica hasta qué momento un alimento está perfecto en lo que a sus condiciones (aroma, textura, sabor, etc.) se refiere. Cuando se supera esa fecha, el producto continuará siendo seguro y puede consumirse, pero puede que no esté tan sabroso.
5. Compra a granel calculando adecuadamente las cantidades
Comprar a granel no solo te ayudará a disminuir el desperdicio alimentario, ya que te será mucho más fácil ajustarte a las cantidades que de verdad vas a consumir. También es una forma de apostar por la sostenibilidad, al reducir los residuos y el consumo de plásticos que se utilizan en el envasado de productos.
6. Almacena de manera ordenada los alimentos
Mantener la nevera y el congelador limpios y en buen estado ayuda a optimizar el espacio, permitiéndote ver con claridad todo lo que posees y previniendo que se deseche comida.
Además, la limpieza también favorece la calidad de conservación.
A su vez, el orden de la despensa también es esencial si se quiere evitar la pérdida alimenticia. Por ejemplo, colocar delante aquellos productos que caduquen antes nos facilitará tener presente qué debemos consumir con prioridad.
7. Usa tu ingenio y aprovecha alimentos para otras comidas
Existen multitud de recetas creativas que te ayudarán a darle una segunda vida a los alimentos. Por ejemplo:
- Puedes aprovechar restos de garbanzos para hacer hummus.
- Las frutas y verduras más maduras las puedes emplear en batidos y cremas.
- También podrías usar los restos de caldo para hacer croquetas.
Las posibilidades son infinitas.
8. Conserva cada alimento a su temperatura
Si quieres que los alimentos en casa te duren más, es esencial que los conserves a la temperatura adecuada. Lo bueno es que los propios frigoríficos y congeladores suelen traer indicaciones para cada tipo de alimento y su temperatura idónea.
Además, muchos de los productos que no deben conservarse en frío, también traen indicaciones de conservación en su etiqueta alimentaria.
Consejo extra: lo que no puedas aprovechar, conviértelo en abono
Habrá ciertos alimentos que no llegues a tiempo de consumir. Otros los habrás consumido y eso habrá generado residuos.
Pues bien, todavía puedes seguir ayudando al medio ambiente desde tu hogar convirtiéndolos en abono si tienes jardín o maceta.
Ley del desperdicio alimentario en España
Debido a la gran problemática que supone el cúmulo de desperdicio alimentario a nivel global, son muchas las políticas que se están poniendo en práctica para ayudar a combatirlo.
En España, fue aprobado el Anteproyecto de Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario en octubre de 2021, por el Consejo de Ministros.
En nuestro país se tiran a la basura más de 1.300 kilos/litros de alimentos al año. Por ello, esta normativa surge con el fin de reducir drásticamente la pérdida alimenticia y fomentar un óptimo aprovechamiento de la comida.
Esta Ley del desperdicio alimentario sería la primera promulgada en España y con ella, el Gobierno ratifica su compromiso en lo que a cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de la ONU se refiere. Concretamente el objetivo número 12.3 que expresa el deseo de reducir a la mitad la basura alimentaria per cápita mundial.
La Ley del desperdicio de alimentos nace de la necesidad de establecer una norma debido a los escasos avances acaecidos en los últimos años en lo que respecta a frenar este problema ético, económico, ambiental y social. Con este acto se pretende que la realidad se oriente hacia un sistema de producción mucho más eficiente, dirigido al desarrollo de la economía circular.
Contenido de la ley de desperdicio alimentario
La ley está compuesta por 15 artículos que se reparten en 5 capítulos, con cuatro disposiciones finales y una adicional.
Su contenido pretende marcar un modelo de buenas prácticas con el fin de evitar el desperdicio alimentario con actuaciones dentro de toda la cadena alimentaria: desde el origen en la cosecha, hasta llegar a los hábitos de los consumidores en los hogares, así como servicios de hostelería.
Para llevar a cabo la planificación de la política de prevención y reducción de las pérdidas y el desperdicio de alimentos, el Gobierno elaborará un Plan Estratégico a propuesta de:
- El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
- El Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030.
- Ministerio de Consumo.
- El Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.
- Ministerios de Transición Ecológica y Reto Demográfico.
- Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación.
- Ministerio de Inclusión Social y Migraciones.
Dicho plan se encargará de definir una estrategia general, así como las orientaciones y la estructura que tendrán que seguir las comunidades autónomas en este ámbito. Además, el plan será revisable cada 4 años.
Gracias a esta ley del desperdicio alimentario, así como los sencillos gestos que cada uno puede llevar a cabo en su hogar, se podría prever un futuro más optimista frente a este problema tan perjudicial para todos.