Los problemas alimentarios en la adolescencia son un grave problema que puede acarrear consecuencias en la salud de los jóvenes por el resto de su vida. Por eso, los adultos que conviven con ellos deberían tener claros cuáles son esas afecciones y ante qué señales hay que estar alerta.
Índice
- ¿Qué son los trastornos alimentarios?
- Causas de los trastornos alimenticios en adolescentes
- Trastornos de la conducta alimentaria más frecuentes en adolescentes
- Otros trastornos de la conducta alimentaria
- Cómo detectar los trastornos alimenticios en adolescentes
- Cómo tratar los trastornos alimenticios en adolescentes
¿Qué son los trastornos alimentarios?
Los trastornos alimentarios o trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son enfermedades complejas de salud mental, para las que puede haber diferentes causas.
Estas afecciones tienen consecuencias muy graves tanto para la salud física como psicológica de quienes las padecen, pero también para su entorno.
Afectan principalmente a mujeres jóvenes y adolescentes, representando la tercera enfermedad crónica más habitual en jóvenes.
De hecho, los trastornos alimenticios en adolescentes y niños están categorizados por la Organización Mundial de la Salud entre las enfermedades mentales prioritarias, dado que implican un riesgo de salud muy importante.
Las patologías concretas que definen los trastornos de conducta alimentaria, como por ejemplo, la bulimia, implican una visión y una conducta muy problemática y obsesiva, que se relaciona con la imagen, el peso corporal y las dietas.
Causas de los trastornos alimenticios en adolescentes
Se desconoce la existencia de una causa exacta que dé origen a los trastornos de conducta alimentaria. No obstante, los expertos coinciden en que estas enfermedades proceden de una interacción de aspectos algo compleja, entre los que se incluyen factores:
- Biológicos.
- Sociales.
- Conductuales.
- Psicológicos.
Veamos específicamente cómo influyen esos factores en la aparición de los trastornos alimenticios en adolescentes.
Factores biológicos
Se sugiere la existencia de algún tipo de vínculo relacionado con la genética, pues aquellas personas que tienen un familiar de primer grado que padece alguno de los TCA, son más propensas a desarrollarlos también.
Factores sociales
El entorno y la sociedad pueden ser elementos desencadenantes para los trastornos alimentarios en la adolescencia.
Eso es así porque la cultura occidental actual ensalza la delgadez, así como la relevancia de la imagen. Esto causa un impacto en las personas, especialmente en los adolescentes.
Como sabemos, los cambios en la adolescencia pueden provocar muchas inseguridades en los jóvenes. Esto, sumado a las presiones sociales en una etapa tan delicada, pueden llevarles a sufrir estas patologías.
Factores conductuales
Dentro de los factores conductuales se puede incluir la participación en ciertas actividades en las que se potencia o se valora mucho la delgadez.
Entre dichas actividades se encuentran ciertos tipos de bailes, deportes o la gimnasia.
Factores psicológicos
Los problemas psicológicos y emocionales, como pueden ser la ansiedad o la depresión, suelen estar muy vinculados al desarrollo de los trastornos alimentarios en la adolescencia.
Trastornos de la conducta alimentaria más frecuentes en adolescentes
Esos son los trastornos alimentarios en adolescentes más comunes, aunque también son los habituales en personas adultas.
Bulimia nerviosa
También se la conoce simplemente como bulimia. Quien la padece sufre episodios en los cuales se da atracones de comida en un corto periodo de tiempo, que luego van acompañados de purgas causadas por la vergüenza, la culpa y el temor a ganar peso.
Dichas purgas se realizan a través de la provocación del vómito, la toma de laxantes o el ejercicio desmedido para perder las calorías ingeridas.
Muchas personas que padecen bulimia restringen mucho lo que comen durante el día, por lo que los atracones posteriores son mayores.
La anorexia nerviosa
Otro de los trastornos alimentarios en la adolescencia más usuales es la anorexia.
Al igual que pasa con la bulimia, se trata de una enfermedad potencialmente mortal.
Esta se caracteriza por un peso corporal muy bajo, además de una percepción muy distorsionada del mismo o de la figura corporal y un gran miedo a subir de peso.
Quien tiene anorexia limita más de lo saludable la ingesta de calorías, además de que usa otros métodos para adelgazar. Por ejemplo, tomar suplementos dietéticos, laxantes o vomitar.
Trastorno alimentario compulsivo
También llamado trastorno por atracón, es el que se caracteriza por una ingesta descontrolada de alimentos en un periodo de tiempo muy corto. La diferencia con la bulimia es que, tras este, no existe una conducta compensatoria.
Por ello, se suele ver este trastorno en personas que sufren sobrepeso u obesidad. Es muy habitual que esta conducta cause vergüenza por no poder controlarla, así como llevar a una ocultación del problema. Por ejemplo, comiendo a escondidas de la familia.
Otros trastornos de la conducta alimentaria
Además de los mencionados, hay otros trastornos relacionados con la alimentación que es importante conocer.
Trastorno por evitación
Aunque no es de los trastornos de la conducta alimentaria más conocidos, también existe y recibe el nombre de trastorno por restricción de la ingesta de alimentos o por evitación.
Esta afección se caracteriza por no lograr las necesidades nutricionales diarias mínimas debido a la falta de interés por la alimentación.
Es decir, no se evita comer por temor a aumentar de peso, sino que se evita por otras circunstancias, como pueden ser el color o el sabor de la comida o por miedos relacionados con ella, como el atragantamiento.
El resultado puede ser un adelgazamiento muy significativo o que los niños no puedan aumentar de peso.
Trastorno de rumiación
Este trastorno consiste en la regurgitación repetida y continuada de los alimentos tras la comida. No se debe a una enfermedad ni a otro de los TCA, ni siquiera puede ser intencionado.
La comida vuelve a la boca sin arcadas ni náuseas. Las personas que lo padecen a veces mastican los alimentos de nuevo y se los tragan o bien los escupen.
Este problema puede derivar en desnutrición si la comida siempre es escupida o si la persona come menos por evitar la conducta.
Cómo detectar los trastornos alimenticios en adolescentes
Como padres y madres de hijos e hijas adolescentes es muy normal que surjan las dudas sobre cómo poder detectar posibles trastornos alimenticios en la adolescencia.
En muchas ocasiones esto no es del todo sencillo, ya que los jóvenes pueden intentar ocultar los síntomas durante mucho tiempo.
Por ello, es importante prestar atención al comportamiento y los hábitos de vuestros hijos. De esta manera, será más fácil percibir algunas de las siguientes señales que pueden servir como alertas:
- Hacer ejercicio en exceso.
- Omitir algunas comidas o poner ciertas excusas para comer.
- Restringir voluntariamente los alimentos con un alto contenido calórico.
- Preocupación excesiva por el peso o por la imagen de su cuerpo.
- Disminución o aumento excesivo del consumo de líquidos o de agua.
- Disminución de las horas de sueño.
- Adoptar dietas muy restrictivas.
- Preparar siempre sus propios alimentos, en lugar de comer los mismos que su familia, pero sin que sea porque ha adoptado una dieta diferente.
- Mirarse con frecuencia al espejo para ver si se perciben ciertos complejos.
- Alejarse de actividades sociales normales.
- Comer dulces o alimentos con alto contenido en grasas de manera abundante.
- Ir al baño durante las comidas.
- Vomitar de forma autoinducida.
- Hablar con preocupación sobre el peso.
- Presentar callosidades en las manos. Podría ser señal de inducción al vómito.
- Tomar laxantes o suplementos dietéticos.
- Pérdida de esmalte dental. Puede ser otro signo de los vómitos reiterados.
- Comer a escondidas.
- Expresar enfado, vergüenza, depresión o culpa con relación a sus hábitos alimenticios.
- Cambios de humor, irritabilidad e, incluso, agresividad. Por supuesto, no todos los adolescentes rebeldes lo son por estar pasando por estos problemas.
- Almacenar comida en diferentes lugares.
- Negar la sensación de hambre, de sed, de fatiga o de sueño.
- Síntomas depresivos.
- Baja autoestima.
- Disminución del rendimiento escolar.
- Tener mucha vida social, pero pasar también por intervalos de aislamiento.
- Consumir muchos chicles sin azúcar.
- Fumar mucho para disminuir la ansiedad por hambre.
- Negar la enfermedad.
Cómo tratar los trastornos alimenticios en adolescentes
Dada su gravedad, es esencial tratar los trastornos de la conducta alimentaria. Para ello, han de seguirse ciertas pautas.
Apoyo familiar
El apoyo de la familia es fundamental para comenzar a lidiar con los trastornos alimentarios.
Dentro del entorno familiar se deben fomentar buenos modelos de conducta, así como exponer uno valores culturales sobre la belleza corporal que vayan acordes con la salud.
Hay que potenciar la autoestima y la autoconfianza de los adolescentes, así como ofrecer recursos para que puedan informarse.
Por otro lado, es importante que en casa se potencie desde que son pequeños unos buenos hábitos alimentarios. Además, compartir las comidas con los hijos y explicar las consecuencias de una mala alimentación también es esencial.
Psicoterapia
Un tratamiento psicológico adecuado es la parte más valiosa dentro de este tipo de trastornos.
Las visitas regulares al psicólogo facilitarán el proceso de recuperación gracias a su acompañamiento, en el cual se trabajará:
- La implementación de hábitos saludables.
- La normalización de patrones alimenticios.
- El fomento del autocontrol.
- La capacidad de resolver los problemas, lidiando con el estado de ánimo.
Educación nutricional
Los profesionales de la salud que se encuentran especializados en nutrición y dietas son esenciales también para ayudar a tratar los trastornos alimentarios en la adolescencia.
Estos ayudarán, junto al psicólogo, a comprender los trastornos de la alimentación, pero también serán los encargados de diseñar un plan nutricional para reconducir y afianzar unos hábitos alimenticios óptimos.
Medicación y hospitalización
En ciertas ocasiones, los medicamentos son recetados no para curar los trastornos de la conducta alimentaria, sino como apoyo en algunos casos a la terapia psicológica.
En casos graves en los que el trastorno haya provocado problemas de salud físicos o psicológicos, puede llegar a ser necesaria la hospitalización. Por ejemplo, algunas de las consecuencias derivadas de la anorexia pueden suponer una urgencia médica que requiera de ser internado en un hospital para lograr su estabilización.
A lo largo de su vida, vuestros hijos van a requerir de muchas necesidades, algunas de ellas que suponen cierto desembolso de dinero importante, como la psicoterapia por trastornos de la conducta alimentaria.
Cuidar de ellos es lo que más queréis, especialmente cuando se trata de su salud. Por eso, contar con un seguro de vida os podrá garantizar que en caso de que cualquiera de los progenitores falte, estos tendrán un apoyo económico para salir adelante con lo que necesiten.