Falta de apetito en niños de 2 a 3 años: ¿qué sucede?

Al igual que dormir, alimentarse es una de las necesidades básicas más importantes para cualquier ser vivo, independientemente de la edad. Y es que, si no comemos, nuestro cuerpo no funciona correctamente y, por lo tanto, no rendimos.

La falta de apetito es una preocupación muy habitual entre los padres de niños pequeños. Es por eso por lo que hemos querido dedicar un artículo completo a examinar las causas de la falta de apetito en niños de 2 a 3 años y a ofrecer consejos prácticos para abordar esta situación.

¿Por qué mi hijo de 2 años no quiere comer?

Que pasados los 24 meses, los niños atraviesen etapas en las que coman muy poco o rechacen alimentos que antes aceptaban es bastante común.

Como vamos a ver a continuación, son varias las causas que explican estas variaciones en su apetito:

Cambios en el ritmo de crecimiento

A esta edad, el ritmo de crecimiento de los niños puede disminuir en comparación con su primer año de vida, por lo que es normal que sientan una disminución en su apetito.

Durante los primeros 12 meses, los bebés crecen a un ritmo acelerado y requieren más energía de los alimentos para conseguir un aumento del peso del bebé adecuado.

Sin embargo, a medida que este ritmo de crecimiento se ralentiza, también lo hace su necesidad de calorías.

Influencia del entorno y la rutina

El ambiente en el que comen los niños y sus rutinas diarias también pueden afectar su apetito. Porque, ¿quién come a gusto en un sitio donde hay mucho ruido y ajetreo?

Como recuerdan los expertos, un ambiente tranquilo y libre de distracciones es más propicio para una buena alimentación. Además, tener horarios fijos para las comidas también puede ayudar a los niños a desarrollar hábitos de alimentación saludables.

Preferencias y manías con algunos alimentos

A partir de los 2 años los niños comienzan a desarrollar preferencias y aversiones alimentarias o manías mucho más marcadas. De ahí que sea normal que los pequeños rechacen alimentos por su textura, color o sabor que admitieron sin problemas durante sus primeros meses de vida.

Cabe destacar que en la mayoría de los casos se trata de una fase pasajera. Pero no está de más poner en conocimiento del pediatra para que sea él quien evalúe cada caso en busca de las mejores soluciones.

causas de la falta de apetito en niños

Cómo abrir el apetito en niños

Lo primero que se preguntan los padres de niños de 2 a 3 años con falta de apetito es qué pueden hacer para que su hijo retome el interés por la comida y pueda estar bien alimentado.

Por suerte, existen diferentes estrategias que se han revelado efectivas para revertir esta situación. La clave, como vamos a ver a continuación, está en crear un entorno positivo y establecer rutinas que fomenten hábitos alimenticios saludables.

Crear un ambiente positivo a la hora de comer

Si en algo coinciden todos los expertos en alimentación infantil, es en la importancia de hacer de la hora de comer un momento agradable y sin estrés.

Para ello es fundamental evitar distracciones como la televisión o los dispositivos electrónicos, y en su lugar, fomentar la conversación y la interacción familiar.

Recuerda no presionar o forzar al niño a comer, ya que esto puede generar una actitud negativa hacia la alimentación que agudice el problema.

Establecer horarios para comer

Mantener horarios regulares para las cinco comidas ayuda a los niños a desarrollar patrones de alimentación consistentes.

Asimismo, es muy importante establecer una rutina en la que se incluyan porciones adecuadas para su edad y gasto energético.

No picar entre horas

Al igual que se aplica en los adultos, que los niños coman algo una hora antes de las comidas principales suele ser motivo para que no tengan hambre. Por ello, es imprescindible evitar que piquen cualquier cosa, aunque tengan una rabieta.

Preparar los alimentos de diferentes formas

Comer siempre la verdura hervida resulta aburrido, ¿verdad? Uno de los errores que se suelen cometer con la comida, ya sea por falta de tiempo o inspiración, es prepararla siempre igual. Esta realidad acostumbra a causar aburrimiento a largo plazo, sobre todo en niños y niñas a partir de los 3 años.

Es por ello que recomendamos cocinar los alimentos de diferentes maneras, ya sea al vapor, a la plancha, hervida, empanada, etc. y alternarlo entre los días de la semana para que al pequeño le resulte más dinámico.

Hacer los platos más divertidos

Que la comida entre por los ojos es otro hecho que se aplica en los pequeños. Así que, además de cocinar los alimentos de diferentes maneras, emplatar la comida de forma creativa y divertida hará que el apetito de tu hijo o hija se abra con más facilidad. Y si ellos participan en el proceso, mejor.

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Qué hacer cuando un niño no quiere comer

Si la falta de apetito persiste o si se observan signos de problemas nutricionales, pérdida de peso o cualquier otro síntoma que se detecte, es importante buscar la orientación de un profesional de la salud.

Un pediatra puede evaluar la situación y, si es necesario, recomendar a un nutricionista pediátrico o a otros especialistas. De esta manera, se podrá trabajar a través de dietas personalizadas y asesoramiento para que el niño o niña reciba la nutrición adecuada y se pueda tratar cualquier problema subyacente.

Enfermedades que causan falta de apetito en niños

Como venimos diciendo, si la falta de apetito infantil supone un problema persistente, puede ser un indicativo de que el niño o niña de 2 a 3 años padezca alguna enfermedad o condición médica que afecte a su apetito.

De hecho, algunas de las principales enfermedades que quitan el hambre en niños son:

Resfriados e infecciones

Las infecciones comunes, como los resfriados, la gripe o las infecciones de oído, pueden provocar una disminución temporal del apetito en los niños. A menudo, estas afecciones vienen acompañadas de malestar general, fiebre, congestión nasal y tos, haciendo que los niños se sientan incómodos y apenas tengan ganas de comer.

En buena parte de las ocasiones, el apetito debería volver a la normalidad una vez que la infección haya pasado o esté bajo control con el tratamiento adecuado.

Gastroenteritis

Los problemas digestivos como la gastroenteritis, comúnmente conocida como «gripe estomacal», o las alergias o intolerancias alimentarias pueden afectar significativamente el apetito de los niños. Estos problemas suelen presentarse con náuseas, vómitos, diarrea y dolor abdominal. Una serie de síntomas que pueden hacer que los niños no quieran comer.

En caso de detectarse es fundamental mantenerlos hidratados y consultar a un médico si los síntomas son severos o persistentes.

Anemia y otras deficiencias

Algunos de los síntomas más habituales de la falta de hierro, o anemia, y otros minerales esenciales para el organismo son el cansancio, la aparición de mareos y unos niveles de cansancio por encima de lo normal.

Una alimentación equilibrada a través de la preparación de un menú semanal saludable con, eventualmente, los suplementos nutricionales que indique el pediatra, permitirá solventar estos problemas y mejorar el apetito.

Síndrome del niño que no quiere comer

Aunque por lo general suele aparecer en fases más avanzadas del desarrollo, también existen casos de niños de 2 a 3 años con el Síndrome del niño que no quiere comer.

El también conocido como «anorexia del lactante» o «anorexia infantil», no debe confundirse con la anorexia nerviosa que se observa en adolescentes y adultos. Este síndrome se refiere a una situación en la que un niño sano muestra desinterés persistente por la comida, rechaza comer y presenta un peso muy por debajo de que le correspondería a su edad.

A menudo, este comportamiento se asocia con factores psicológicos, emocionales o conductuales más que con problemas médicos subyacentes.

En general, el tratamiento implica estrategias conductuales y de apoyo familiar, más que intervenciones médicas, aunque en algunos casos puede ser necesario el apoyo de un especialista en nutrición infantil o un psicólogo.

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