Desde el año 2012 se prohibió, en la Unión Europea, la fabricación de bombillas incandescentes, es decir, de las bombillas tradicionales. Esta decisión se tomó debido a la corta vida útil que tenían y a su alto consumo eléctrico. Desde entonces, las bombillas de bajo consumo han ganado terreno, pues ofrecen las bombillas de bajo consumo es el ahorro.
No obstante, es importante conocer bien este tipo de bombillas para elegir el adecuado para tu hogar (y tu bolsillo).
Índice
- ¿Qué son las bombillas de bajo consumo?
- Bombillas de bajo consumo o LED: ¿son lo mismo?
- Tipos de bombillas de bajo consumo
- ¿Qué bombilla de bajo consumo debo elegir?
- Qué tener en cuenta a la hora de elegir una bombilla de bajo consumo
- Ventajas de las bombillas de bajo consumo
- ¿Dónde se tiran las bombillas?
¿Qué son las bombillas de bajo consumo?
Las bombillas de bajo consumo son bombillas compactas, cuyo funcionamiento es similar a las tradicionales. Sin embargo, la principal diferencia es que las de bajo consumo son frías, utilizan para funcionar entre un 50-80% menos de energía (aun produciendo la misma cantidad de luz) y siendo también más duraderas.
Dado que alrededor de un 25% de la energía que se gasta en los hogares está destinada a la iluminación, no es de extrañar que el uso de bombillas de bajo consumo sea uno de los recursos más empleados para ahorrar en la factura de la luz.
Bombillas de bajo consumo o LED: ¿son lo mismo?
Desde el año 2012, todas las bombillas que se fabrican en nuestro país son de bajo consumo. Dichas bombillas ofrecen un rendimiento más alto, además de consumir menos, tener una intensidad lumínica mejor y ser de mayor calidad.
Sin embargo, es habitual desconocer qué tipos de bombillas de bajo consume existen y, por esa razón, muchas personas se preguntan si es lo mismo una bombilla de bajo consumo o LED.
La OCU aclara esta duda al determinar que existen tres tipos de bombilla de bajo consumo y alto rendimiento: las halógenas, los LEDS y las fluorescentes.
Por tanto, lo correcto sería decir que las bombillas LED son uno de los tipos de bombillas de bajo consumo. Lo que sucede es que se las suele comparar con las fluorescentes, que son las más usuales y a las que de manera más genérica se les llama «de bajo consumo».
Veamos, entonces, las diferencias que se establecen entre estos tipos para que tengas más claro si decidir entre las bombillas de bajo consumo fluorescentes, halógenas o LED.
Tipos de bombillas de bajo consumo
Como se mencionaba, la OCU señala la existencia de tres tipos de bombillas de bajo consumo.
Halógenas
Las bombillas halógenas son las que ofrecen mejor iluminación, aportando un color un poco más cálido que las demás, así como una buena luminosidad. Además, tardan poco en ofrecer toda su intensidad de luz.
Sin embargo, son las que menos duran (alrededor de 2.000 horas) y consumen bastante energía. Su precio es inferior, pero, a la larga, terminan por ser más caras.
LED
La bombilla de bajo consumo y alto rendimiento LED es, con mucha diferencia, la más duradera y que menos electricidad consume.
Además, tiene un encendido prácticamente instantáneo. Es decir, tarda poco tiempo en dar toda la intensidad lumínica. También tiene una vida útil muy alta, pudiendo llegar a las 50.000 horas.
Otra de sus grandes ventajas es que no contiene mercurio ni otros elementos contaminantes, por lo que es muy sostenible.
El único contra a reseñar es que es, de los tres tipos, la de precio más elevado. No obstante, al ser la que menos consume, compensa su costo con creces.
Fluorescentes
Las bombillas de bajo consumo fluorescentes consumen muy poco, aunque no llegan al grado de eficiencia de las LED. Lo bueno de ellas es que tienen una buena relación calidad-precio y en el mercado se pueden encontrar de muchísimas marcas.
Los contras de estas es que pueden llegar a tardar hasta 1 minuto en calentarse y encenderse a su máxima potencia y el color no es tan luminoso. Además, si se encienden y apagan muy a menudo, pueden deteriorarse.
¿Qué bombilla de bajo consumo debo elegir?
Si dudas entre cualquier otro de los tipos de bombillas de bajo consumo o la LED, lo ideal es que analices las ventajas y desventajas de cada una de ellas, así como sus usos habituales.
Lo usual es que para los focos se empleen, únicamente, las halógenas y las LED, ya que muestran una luminosidad plena casi con inmediatez.
En cambio, para el resto de usos, suelen ser más comunes las fluorescentes.
Por otro lado, también son opciones a considerar el precio de cada una en el momento de la compra (por ejemplo, las fluorescentes rondan los 3,5 € y las LED unos 7 €) o el color que necesitas en la estancia donde la vas a colocar.
No obstante, si lo que quieres es eficiencia y sostenibilidad, los expertos aclaran que la mejor opción es la bombilla LED: no tiene componentes tóxicos, alcanza prácticamente el 100% de su rendimiento desde que se enciende y transforma hasta el 98% de su energía en luz y tan solo un 2% en calor.
Qué tener en cuenta a la hora de elegir una bombilla de bajo consumo
Además de lo mencionado anteriormente, hay algunos aspectos más concretos a valorar al comprar una de estas bombillas. Por ejemplo, a la hora de escoger la mejor bombilla LED, tened en cuenta:
La apariencia de la bombilla
Las bombillas LED cuentan con diseños muy variados y con una amplia gama de temperaturas con diferentes colores: de tonos más fríos o más cálidos.
Cuando vayas a escoger la iluminación, ten en cuenta en qué estancia la vas a colocar. Son habituales los colores más cálidos en los dormitorios y en los salones, mientras que los más fríos están presentes comúnmente en baños y cocinas.
Observa también que, en la caja de la bombilla LED, debe indicarse el Índice de Reproducción Cromática en una escala del 0 al 100. Esto es la fiabilidad de la luz artificial que ofrecerá, en comparación con la luz natural.
Duración y funcionamiento
Cuando vayas a elegir una bombilla de bajo consumo como la LED piensa que estas cuentan con un ciclo de encendido. Es decir, el número de veces que podrá encenderse y apagarse antes de comenzar a fallar.
Por esa razón, es importante tener en consideración cuántas veces se va a utilizar esa luz a diario.
Consumo y potencia
De nuevo, ante esta característica, es esencial reflexionar en sobre el uso que se le va a dar a la bombilla antes de decantarse por una u otra. A menor consumo, será necesaria una potencia menor.
Ventajas de las bombillas de bajo consumo
En general, las bombillas de bajo consumo aportan a los usuarios ventajas económicas y también ecológicas, algo esencial cuando cada vez somos más conscientes de lo crucial que es cuidar nuestro planeta.
Ventajas ecológicas
Las bombillas de bajo consumo necesitan un 50-80% menos de energía que las bombillas tradicionales para generar la misma cantidad de luz.
Por ello, se puede decir que una de bajo consumo de 22 vatios equivaldría a una de 100 vatios de las convencionales. Eso supone un ahorro del gato energético bastante considerable.
A su vez, emplear una bombilla de 18 vatios de bajo consumo, en lugar de una de las incandescentes de 75 vatios, supone unos 570 kWh más de vida útil. Eso se traduce en una reducción de más de 500 kg de emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera, o lo que es lo mismo, una reducción de nuestra huella de carbono.
Ventajas económicas
Aunque a priori, por el precio de compra de la bombilla, parezca que el gasto siempre va a ser superior, hay que tener muy presente que la bombilla de bajo consumo y alto rendimiento tiene una vida útil hasta 10 veces mayor que las convencionales. A efectos prácticos, esto las convierte en más baratas.
Poniendo otro ejemplo que permite ver las ventajas económicas, si se sustituyen 5 bombillas de 28 vatios por 5 de bajo consumo, se pueden ahorrar unos 60 euros al año.
Ahorro en la factura de la luz
Por supuesto, otra de las grandes ventajas de las bombillas de ahorro es la que se verá reflejada en la factura de la luz.
Con una bombilla de bajo consumo tipo LED se puede alcanzar una reducción entre un 40-90% en el precio de la luz, según qué bombilla se sustituya.
Por ejemplo, si se cambia una fluorescente por LED, se puede reducir entre un 35-40% en lo que pagues de luz. Por su parte, si la que se sustituye es halógena, el ahorro puede llegar al 75-90%.
¿Dónde se tiran las bombillas?
Es importante saber dónde se deben depositar las bombillas una vez su vida útil haya llegado a su fin.
Es muy común pensar que al poder contener componentes de vidrio deben tirarse en el contenedor verde, pero esto es un grave error. Además del vidrio, las bombillas poseen otros componentes que deben ser separados antes de poder tratarse, ya que muchas de ellas, son reciclables.
¿Qué bombillas se pueden reciclar?
Las bombillas halógenas y las incandescentes no se encuentran incluidas en la RAEE, que es la normativa que regula la correcta gestión ambiental de los residuos de aparatos electrónicos y eléctricos. Por eso, esas no son reciclables.
Sí que se pueden reciclar las bombillas de descarga, las fluorescentes y las LED, así como las luminarias.
Dependiendo del tipo de bombilla que vayas a desechar, tendrás que tirarla en un lugar u otro:
- Bombillas de filamento: irán al contener gris o de color verde oscuro (esto depende de la población). En definitiva, el contenedor de desechos, que también se conoce como fracción resto y es el que se utiliza para tirar los elementos que no cuentan con un contenedor específico para su reciclaje.
- Las bombillas de bajo consumo más comunes, las fluorescentes, contienen mercurio. Debido a ello, no se deben tirar ni en el contenedor general ni en ningún otro de reciclaje. Estas deben ser depositadas en un punto limpio para que sean tratadas de manera segura.
- Bombillas LED. Estas bombillas se componen de elementos electrónicos que pueden ser reutilizados. No poseen contaminantes como las fluorescentes, pero también deben ser llevadas a un punto limpio.
A grandes rasgos, se podría concluir que, con el fin de ahorrar, lo mejor es optar por una iluminación LED. Sin embargo, como se ha visto, es importante tener en cuenta todos los factores, como su uso, para decantarse por la bombilla de bajo consumo más apropiada.