La fascitis plantar es una condición dolorosa que afecta a la planta del pie, concretamente a la fascia plantar que es la banda de tejido que conecta el talón con los dedos. Esta afección puede generar molestias intensas, por lo que es adecuado tener un diagnóstico temprano y abordar de forma efectiva un tratamiento para la fascitis plantar. A continuación, te invitamos a conocer algunos detalles de esta dolencia y, especialmente, cómo debe ser atendida.
Índice
Qué causa la fascitis plantar
Antes de entrar en cómo curar la fascitis plantar, es importante conocer ciertos datos sobre ella. Por ejemplo, sus causas.
La fascia plantar se ocupa de absorber sobrecargas y tensiones que reciben los pies cuando caminamos, corremos o hacemos otras actividades de gran impacto. Si esta recibe demasiada presión, los tejidos se dañan o desgarran, dando lugar a una inflamación que provoca la fascitis plantar.
Esto causa dolor en la parte inferior del pie (cerca del talón) y en el arco, dolor en los primeros pasos de la mañana o tras un periodo de reposo, inflamación, incremento de las molestias tras realizar ejercicios y rigidez.
Fascitis plantar: tratamiento
Tras la identificación, por parte de un profesional médico, de la fascitis plantar, esta se abordará adoptando diferentes modalidades de tratamiento.
- Reposo. Reducir o detener las actividades que empeoran el dolor es el primer paso para que este disminuya. Por ejemplo, cesar actividades como correr, bailar o hacer ejercicios aeróbicos con escalones.
- Estiramientos. La fascitis plantar empeora cuando se tiene rigidez muscular en las pantorrillas y pies, por lo que estirar estas zonas es una forma muy eficaz de aliviar el dolor.
- Cambios en la actividad física. Ir en bicicleta o practicar natación tiene beneficios, ya que son ejercicios de bajo imapcto que sobrecargan mucho menos las articulaciones y los pies que caminar o correr.
- Hielo. La aplicación de hielo en la zona también alivia las molestias.
- Fisioterapia. Un programa de ejercicios dirigido por fisioterapeutas que se centre en estirar los músculos de la pantorrilla y la fascia plantar, así como masajes y otras terapias dirigidas, pueden ser parte del tratamiento de las fascitis plantar.
- Calzado de soporte y dispositivos ortopédicos. Usar zapatos acolchados y con suelas gruesas puede aliviar el dolor al caminar y pararse. Ciertas plantillas ortopédicas, prefabricadas o hechas a medida, también pueden ser útiles.
- Medicamentos antiinflamatorios no esteroides. Medicamentos como el naproxeno o el ibuprofeno pueden reducir las molestias y la inflamación. No obstante, la toma prolongada de cualquiera de ellos debe ser supervisada por un médico.
Un tratamiento para fascitis plantar con estos métodos mencionados suele ser efectivo en más del 90% de los pacientes, viendo mejoría dentro de los 10 primeros meses tras iniciarlo.
Fascitis plantar bilateral: tratamiento
La fascitis plantar se da generalmente en un solo pie, siendo poco común la fascitis bilateral (en los dos pies). En caso de darse suele ser resultado de una artropatía sistémica, siendo un desafío adicional para quien la padece.
Si un paciente sufre fascitis plantar bilateral, el tratamiento suele incluir:
- Fisioterapia.
- Modificación del calzado. Es importante evitar usar zapatos que estén desgastados o que no ofrezcan un buen soporte. En caso de realizar deporte, asegúrate de reemplazar el calzado antes de que este se desgaste.
- Ejercicios específicos para poder fortalecer los músculos de los pies.
Fascitis plantar crónica: tratamiento
Cuando la fascitis plantar se vuelve crónica, será necesario tomar un enfoque más intensivo. Por ello, además de terapias físicas, el médico puede considerar otro tipo de tratamientos.
- Yeso. Usar un yeso por poco tiempo, en los periodos de mayor molestia, puede tener buenos resultados porque este impedirá que el pie se mueva, favoreciendo su recuperación.
- Inyecciones de plasma rico en plaquetas (PRP). El plasma rico en plaquetas se obtiene de la propia sangre, pudiendo inyectarse en la fascia plantar con el fin de favorecer su recuperación.
- Inyecciones de cortisona. La cortisona es un medicamento antiinflamatorio muy potente. También puede ser inyectado en la fascia plantar con el fin de disminuir el dolor y la inflamación.
- Reparación ultrasónica de tejidos. Se trata de un tratamiento mínimamente invasivo en el cual se emplean ecografías para guiar una sonda hacia la fascia plantar. Tras esto, el extremo de la sonda emite una vibración para romper y eliminar el tejido dañado.
- Terapia con ondas de choque extracorpóreas. Ante una fascitis plantar crónica, este tratamiento consiste en estimular el proceso de recuperación del tejido dañado de la fascia plantar con impulsos potentes de ondas de choque.
- Tratamiento quirúrgico. Para aquellos pacientes que no se recuperan con un tratamiento no quirúrgico existe la posibilidad de una intervención en quirófano. Esta consiste en un alargamiento del músculo gastrocnemio. En esta cirugía se alarga uno de los dos músculos que componen la pantorrilla para poder aumentar el movimiento del tobillo.
Fascitis plantar en el talón: tratamiento
Como se ha mencionado, el dolor en el talón es uno de los síntomas más usuales de la fascitis plantar. En este caso, el tratamiento se centra en reducir la inflamación a través de métodos como:
- Uso de almohadillas para el talón. Existen almohadillas hechas de silicona suave que están diseñadas para elevar y amortiguar el talón.
- Calzado apropiado.
- Ejercicios de estiramiento específicos para esa zona.
- Férulas nocturnas. La mayoría de las personas dormimos con los pies apuntando hacia abajo. Esto hace que la fascia plantar se relaje, siendo una de las razones que provoca el dolor matutino en el talón. Aunque cuesta un poco acostumbrarse a ella, utilizar una férula nocturna puede estirar la fascia plantar mientras descansas, siendo eficaz para reducir las molestias en el talón.
Fascitis plantar y espolón calcáneo: tratamiento
El espolón calcáneo es una protuberancia ósea que se asocia a la fascitis plantar no manejada adecuadamente. Por suerte, esta condición derivada puede tratarse con diferentes medidas destinadas a reducir la presión en la zona que se encuentra afectada.
Para tal fin, suelen aconsejarse:
- Terapias físicas.
- Uso de dispositivos ortopédicos personalizados para cada paciente, como plantillas.
Fascitis plantar: tratamiento con ejercicios
La fascitis plantar que no se trata puede acabar alterando la marcha y la postura, aumentando la presión en otras partes del pie y causando problemas en la columna vertebral y las articulaciones. Además, la calidad de vida de quien la padece también podría verse afectada debido a la limitación en la realización de actividades diarias y deportivas.
De ahí que sea tan importante tratarla. Como hemos visto, el tratamiento de la fascitis plantar dependerá de cómo esta afección se presente en la persona. En la mayoría de casos de fascitis plantar, hay ejercicios para hacer en casa que son específicos como tratamiento. Algunos de esos ejercicios podrían ser los siguientes:
Estiramientos de la fascia plantar
Para realizar estos estiramientos, debes sentarte y cruzar el pie afectado sobre la rodilla de la otra pierna. Agárrate los dedos del pie dolorido y llévalos hacia ti controlando el movimiento y muy lentamente.
En caso de resultarte difícil alacanzar tu pie, puedes ayudarte con una toalla, envolviéndola alrededor del dedo gordo del pie. Tras esto, tira de la toalla para ayudar a llevar los dedos hacia ti.
Coloca la otra mano a lo largo de la fascia plantar. Mantén el estiramiento durante diez segundo y repite el ejercicio 20 veces por pie. Es recomendable hacerlo por las mañanas, antes de que te levantes o camines.
Estiramientos de la pantorrilla
Inclínate hacia delante contra una pared, manteniendo una rodilla estilada y el talón en el suelo. Pon la otra pierna delante, flexionando esa rodilla.
Para poder estirar los músculos de la pantorrilla y el talón, empuja las caderas hacia la pared controlando los movimientos. Mantén esa posición durante 10 segundos y luego relaja los músculos. Repite este ejercicio 20 veces por cada pie.
Rueda de hielo
Para la fascitis plantar y su tratamiento, otro de los ejercicios más eficaces es hacer rodar el piel sobre una botella de agua fría o congelada durante 20 minutos.
Puedes repetir este ejercicio tres o cuatro veces al día.
Deportes de bajo impacto para la zona
La natación es un deporte de bajo impacto que permite realizar ejercicio cardiovascular sin poner una carga significativa en los pies.
Cuando nos sumergimos en el agua, nuestro cuerpo experimenta una flotación natural que reduce el estrés de las articulaciones, incluyendo las de los pies.
Por ello, nadar puede ser una de las mejores actividades a realizar para quienes buscan mantenerse activos mientras gestionan su recuperación de fascitis plantar.
Fascitis plantar: tratamiento con fisioterapia
La fisioterapia tiene un papel crucial en el manejo de la fascitis plantar. Un fisioterapeuta puede dirigir muchos de los ejercicios mencionados, así como otros específicos según cada paciente.
Además, también pueden emplear técnicas como el masaje, la movilización articular y el ultrasonido con el fin de reducir la inflamación y mejorar la movilidad del pie afectado.
Cómo eliminar la fascitis plantar en 72 horas
¿Has notado síntomas y quieres saber cómo eliminar la fascitis plantar en 72 horas? Lo cierto es que la fascitis plantar no se puede curar en unos días, pero hay remedios que se pueden tener en cuenta para proporcionar un alivio a corto plazo.
Fascitis plantar tratamiento casero
A la hora de abordar la fascitis plantar con un tratamiento casero hasta acudir a la consulta médica, puedes tener en consideración estos tips:
- Aplica hielo en la zona o compresas frías.
- Usa calzado adecuado, con una plantilla no muy rígida.
- Toma antiinflamatorios, pero siempre con moderación y durante poco tiempo.
- Sumerge los pies en agua tibia con sales de Epsom.
- Usa rodillos de masajes.
Todos estos son métodos que pueden funcionar para la fascitis plantar como tratamiento casero. No obstante, el manejo de la fascitis plantar más eficaz será el establecido por un profesional de la salud de forma personalizada. Lo positivo es que se trata de una condición con altas posibilidades de mejora.