Las peleas entre hermanos son algo de lo más natural. No hay hermanos que no se hayan peleado alguna vez en su vida. Sin embargo, lo mejor es que, como padres y madres, se intenten evitar estos conflictos lo máximo posible. Veamos algunos de los consejos que dan los expertos para ello.
Índice
¿Por qué se pelean los hermanos?
Las peleas entre hermanos surgen desde prácticamente el nacimiento del segundo hijo. En ese momento, el nuevo miembro de la familia empieza a llevarse las principales atenciones de los adultos.
Esto al mayor le puede suponer una sensación de abandono por parte de sus padres, que pasan a centrarse en su hermano, al cual pueden llegar a ver como un rival.
Sin embargo, a medida que el menor crece, también puede ver a su hermano mayor como un rival.
Por ello, las peleas con hermanos, cuando estos son aún pequeños, suelen surgir por el simple hecho de compartir el tiempo, el espacio y la familia. Debido a esto se dan los celos, la necesidad de dejar huella en el entorno o las envidias.
Cada uno de los hermanos querrá hacerse notar y ser el protagonista frente a sus padres o ante cualquier situación. Si el conflicto es para ellos la única manera que piensan que existe de conseguirlo, actuarán de esa forma.
Con el paso del tiempo y, sobre todo, con la ayuda de sus progenitores, irán aprendiendo las normas que rigen la vida familiar y social, por lo que entenderán que no es necesario llegar a las peleas para solucionar problemas. Eso hará que estas disminuyan a medida que crecen, a la vez que fortalecen su vínculo.
Peleas entre hermanos adolescentes
A pesar de lo dicho, las peleas entre hermanos adolescentes también se dan. En ese caso también están compitiendo por los mismos recursos: la atención de los padres, el espacio en el sofá, la consola, el tiempo en el baño…
A esto hay que sumarle que los cambios de la adolescencia llevan a un proceso de individuación, lo que supone que cada hermana o hermano se intenta buscar y encontrar en un nuevo lugar dentro la familia.
Los hermanos en esta etapa aún no se reconocen y aprecian como iguales y si hay conflictos es porque aún están aprendiendo a gestionar emocionalmente todas las situaciones.
Por todo ello son muy normales también las peleas entre hermanos adolescentes.
7 formas de evitar las peleas entre hermanos
Para poder evitar las peleas con hermanos, es importante conocer qué las están causando, especialmente si siempre se producen por la misma razón. Por ejemplo, por quién tiene más tiempo un juguete.
A partir de ahí será mucho más fácil intervenir. No obstante, hay una serie de consejos generales que ayudarán en cualquier situación. Veamos las 7 claves principales para evitar peleas entre hermanos adolescentes o más pequeños.
1. Trata a tus hijos de manera equitativa y justa
La realidad es que lo justo sería tratar a los hijos no por igual, sino según las necesidades de cada uno, puesto que estas pueden diferir. Sin embargo, la principal forma de evitar las peleas entre hermanos es garantizar que haya cierta igualdad entre ellos, sin favoritismos.
Una de las maneras para lograrlo es procurar que los privilegios se distribuyan igualmente, aunque estos sean diferentes. Por ejemplo, el hermano mayor puede estar en casa de sus amigos hasta más tarde, pero el menor, por su parte, disfrutará algo más de la tablet el fin de semana.
2. Conoce a tus hijos y no los compares
Por suerte, tus hijos son diferentes entre sí. Es esencial que conozcas cada característica de ellos, reconociendo especialmente esas diferencias, sin llegar a hacer de ellas que sean una cosa «mejor»o «peor» frente a su hermano.
Es muy normal que por vuestras características propias se pueda tener más afinidad con la forma de ser y las elecciones de uno de los hijos. Eso no es un problema, siempre y cuando el otro o los otros no sientan que los dejas de lado por esa razón.
3. Establece las reglas para los conflictos
Otra de las formas de empezar a evitar las peleas entre hermanos es estableciendo reglas.
En estos conflictos puede haber gritos, abuso físico, insultos… Debido a ello debes establecer cuáles son las líneas rojas que no se pueden cruzar. Esta es la manera en la que las peleas acabarán por convertirse en simples diálogos frente a un desacuerdo.
A la vez, es importante que, como padres y madres, se cumplan también esas reglas. En las peleas entre hermanos adolescentes o de niños pequeños no se les puede pedir que no griten gritando. Y también es fundamental que si se dan los conflictos entre progenitores se sigan las mismas pautas establecidas que se ponen a los niños.
Adicionalmente, en lo que a establecer reglas se supone, es esencial que haya unas normas claras en casa sobre el uso de los objetos y espacios compartidos, especialmente cuando esto es la razón de la disputa.
En definitiva, habrá que establecer una disciplina muy rigurosa y sin excepciones ante todo lo que cause controversia.
4. Enséñales a compartir y a negociar
Muchas de las peleas entre hermanos se dan porque ambos quieren lo mismo. Básicamente, el origen de ese conflicto es que no saben compartir y es vuestro deber como padres y madres enseñarles.
Por ejemplo, si solo queda una galleta explícales que se puede partir por la mitad y ambos disfrutar de ella. Y si lo que quieren es tener el poder sobre un juguete, diles que ambos disfrutarán de él por un tiempo limitado.
Negociar también es una buena táctica a enseñarles a tus hijos desde pequeños, ya que aprenderán que ofreciendo algo a cambio de lo que quieren, pueden conseguir un beneficio.
5. Dedícales tiempo en exclusiva a cada uno
La única manera de conocer bien a tus hijos y ver qué les motiva a hacer las cosas que hacen o piensan es dedicándoles un tiempo en exclusiva a cada uno.
Incluso cuando son adolescentes e intentan rehuiros, siempre hay que buscar un momento para estar con ellos.
6. Empatiza con ellos y pregunta cómo se sienten
Otra de las mejores formas de evitar las peleas con hermanos es empatizar con ellos. ¿Por qué tu hija mayor le coge la ropa a su hermana pequeña cada dos por tres? ¿O al revés? Seguro que ambas tienen la cantidad suficiente de vestimenta, sin embargo, una puede sentir celos de la otra y por ello trata de arrebatarle algo que es suyo.
Es una manera de llamar la atención, muy común en los niños pequeños, pero también un punto bastante frecuente para el inicio de peleas entre hermanos adolescentes.
Por otro lado, es crucial saber cómo se sienten tus hijos. Para ello, el paso previo es preguntarles, y previo a este, hablar desde pequeños con naturalidad sobre las emociones en casa. Esto es muy básico para que sientan confianza para expresarse.
Dicho esto, hay que comprender que muchas veces las peleas entre hermanos se dan porque quien las inicia no se siente a gusto consigo mismo y lo paga con quien más cerca tiene: su hermano o hermana.
En ese sentido, es muy importante preguntar a tus hijos e hijas si son felices en la familia y en la escuela (pueden estar sufriendo bullying, por ejemplo), si hay algo que les gustaría que cambiase…
Una conversación fluida sobre sentimientos puede ser el inicio del fin de las peleas entre hermanos.
7. Fomenta las actividades compartidas
Si tus hijos comparten aficiones (algún deporte, juegos de mesa, el cine…) intenta que todas las semanas tengan un rato en común para que realicen esa actividad conjunta. Bien puede ser una actividad extraescolar o en casa. Incluso, dependiendo de la edad, que sea una en la cual los adultos no intervengan.
Esto les ayudará a generar una mayor complicidad entre ellos, llegando quizás al punto de que establezcan sus propios códigos de comunicación independientes de vosotros o comiencen a compartir sus intimidades y confidencias cuando son adolescentes.
Esas actividades compartidas les ayudarán a acabar con la rivalidad fraternal y a verse como compañeros.
Cómo intervenir en las peleas con hermanos
Lo mencionado hasta ahora son formas de evitar que se den las peleas entre los hermanos, pero, ¿qué sería lo correcto hacer si suceden?
Cuando se dan entre niños pequeños habrá que intervenir sí o sí. En el caso de las peleas entre hermanos adolescentes, muchos piensan que lo mejor es no participar para que ellos mismos lleguen a la solución. Sin embargo, como mencionábamos anteriormente, si los conflictos son continuos es porque aún no han llegado al punto de saber gestionarlos, y en ese caso lo mejor también es que hagáis algo.
Mantén la calma
Sea el caso que sea, lo primero es mantener la calma. Recuerda que por muy cansados o cansadas que estéis de las discusiones entre vuestros hijos, pedirles gritando que no griten es absurdo.
No busques culpables
Por mucho que hayas estado presente desde el inicio de la pelea, intenta tener muy presente la máxima de «dos no discuten si uno no quiere».
Las peleas entre hermanos no son el momento de señalar culpables, sino de encontrar una solución para que cesen.
No impongas una solución
Haz las preguntas que sean necesarias para que ellos mismos lleguen a una solución. Si esto no es posible, puedes sugerir una, pues esto puede dar pie a que piensen en otra.
Lo que nunca debes hacer es imponer la solución. Lo que sí debes imponer, recordemos, son las reglas para evitar las peleas.
Respeta la solución que hayan encontrado
Otra cuestión importante es que si los hermanos llegan a una solución por sí mismos sin tu intervención, la respetes, aunque no te parezca la más justa.
Posteriormente, lo que puedes hacer es que si consideras que uno de tus hijos ha salido perdiendo, busques un momento para preguntarle cómo se siente por ello. También hazle saber que no tiene que ceder siempre.