Los brotes de viruela del mono detectados en diferentes puntos del planeta, especialmente en Europa, han sacado a la palestra una enfermedad detectada por primera vez hace décadas. No obstante, al haberse dado hasta ahora prácticamente solo en el continente africano, poco sabía de ella la ciudadanía.
Saber en qué consiste esta enfermedad, en especial cómo se transmite, es esencial para poder hacerle frente.
Índice
¿Qué es la viruela del mono?
La viruela del mono, también conocida como viruela símica, es una zoonosis vírica. Es decir, se trata de una enfermedad que provoca un virus que se transmite de los animales a las personas. No obstante, una vez la persona está contagiada, también puede transmitir la enfermedad a otros humanos.
El virus causante de la viruela del mono posee un ADN bicatenario, con envoltura perteneciente al género Orthopoxvirus de la familia Poxviridae.
La patología se conoce con este nombre porque fue detectada por primera vez en simios dentro de un laboratorio en el año 1958. Curiosamente, la mayor parte de los animales que son susceptibles de contraerla y transmitirla a humanos son, además de primates, roedores, como los lirones, ardillas listadas o arborícoras, las ratas gigantes de Gambia y también los perros de las praderas.
Esta enfermedad es originaria de África, dándose dos clados distintos:
- Clado centroafricano (el de la cuenca de Congo).
- Clado de África occidental.
Primeros brotes en humanos
La viruela del mono se detectó por primera vez en humanos en 1970, en la República Democrática del Congo. El enfermo fue un niño de 9 años de una región en la que se había erradicado la viruela dos años antes.
Desde ese momento, la mayor parte de los casos que se han notificado se han dado en zonas rurales de bosques tropicales del Congo. Sin embargo, también se han detectado vasos en otros 11 países del continente desde 1970.
A pesar de esto, la realidad actual está confirmando la viruela símica como una enfermedad importante para la salud pública a nivel global.
Viruela del mono: síntomas
La viruela del mono presenta síntomas variados. Entre ellos se incluyen:
- La fiebre.
- Dolores de cabeza bastante intensos.
- Pérdida de energía.
- Dolores musculares.
- Ganglios linfáticos inflamados.
- Erupciones o lesiones en la piel.
Son estas últimas señales, las erupciones, el síntoma más evidente de la enfermedad.
La erupción suele comenzar a aparecer entre el primer y tercer día después de empezar la fiebre.
Dichas lesiones se presentan al principio planas y luego se van elevando. Esto es así porque se llenan de líquido amarillento o transparente. Más adelante comenzarán a secarse, se formarán costras y se caerán.
Esta erupción suele presentarse mayormente en la cara, la planta de los pies y las palmas de las manos, aunque pueden aparecer también en los genitales, las conjuntivas, la córnea y las mucosas orales.
El número total de lesiones varía en función del enfermo: desde tan solo unas pocas a varios miles.
Los síntomas de la viruela de mono suelen permanecer unas dos o cuatro semanas, desapareciendo normalmente por sí solos sin necesidad de un tratamiento.
Evolución de la enfermedad en los contagiados
El periodo de incubación de la viruela del mono suele durar entre 6 y 13 días, aunque puede haber variaciones entre 5 y 21.
La enfermedad se puede dividir en dos periodos. Esto se ha visto desde su origen y se ha comprobado también en los casos acaecidos en el último mes.
El periodo de invasión
Tiene una duración de entre o y 5 días. Se caracteriza por la fiebre, linfadenopatía, cefalea intensa, mialgias, astenia intensa y dolor lumbar.
La linfadenopatía, es decir, la inflamación de los ganglios linfáticos, es la principal característica distintiva de la viruela del mono frente a otras enfermedades que inicialmente podrían parecerse (viruela, sarampión o varicela).
Erupción cutánea
Como dijimos, comienza entre 1-3 días después de empezar la fiebre. La erupción va evolucionando poco a poco:
- Primero son máculas (lesiones de base plana).
- Luego son pápulas (lesiones ligeramente elevadas).
- Vesículas (pasan a ser lesiones con un líquido claro en el interior).
- Pústulas (lesiones con líquido amarillento interno).
- Costras, que, por último, se secan y caen.
¿Cómo se transmite la viruela del mono?
Para saber cómo se transmite la viruela del mono, habrá que diferenciar las dos maneras de transmisión de la enfermedad: de animal a humano y de humano a humano.
Transmisión de la viruela del mono de los animales a las personas
Una persona podrá contagiarse de viruela símica cuando entra en contacto con un animal contagiado, especialmente los roedores o primates.
Dicho contacto debe ser directo con su sangre, mucosas, líquidos corporales o lesiones de la piel.
Para reducir el riesgo de contagio se debe evitar el contacto directo sin protección con animales salvajes, especialmente si se sabe que están enfermos o están muertos. Eso incluye el contacto con su carne y sangre.
En países donde la viruela es endémica, es crucial que cualquier comida que contenga carne u otras partes de animal, sea cocinada previamente.
Transmisión de la viruela del mono de persona a persona
Cuando una persona contrae la enfermedad se convierte en un foco de transmisión para otras mientras duren sus síntomas, es decir, entre las 2 y 4 semanas que los muestre.
Para contraer la viruela del mono es necesario el contacto físico con la persona enferma. Las costras, las erupciones y los fluidos corporales (pus y sangre de las lesiones de la piel, saliva, sudor y otros fluidos) son especialmente infecciosos.
También pueden llegar a ser contagiosos algunos objetos que hayan estado en contacto muy directo con el enfermo, como ropa, toallas o utensilios para comer.
Por tanto, la convivencia con personas contagiadas es un factor de riesgo.
¿Quién puede contagiarse de la viruela del mono?
Realmente cualquier persona que cumpla las condiciones para el contagio, bien por vía animal o por transmisión humana.
Además, también puede producirse a través de la placenta de una madre a su feto o por contacto muy estrecho durante y tras el parto (por ejemplo, en el piel con piel).
Hay que considerar, por otro lado, que la viruela se convirtió en 1980 en la primera enfermedad humana en ser erradicada. Por ello, se detuvo la vacunación contra esta patología, así que podría ser que las personas no vacunadas, tengan un mayor riesgo de contagio.
Los recién nacidos, los niños, personas con un estado de salud débil y las personas con inmunodeficiencias subyacentes pueden enfrentarse a los síntomas más graves, al igual que el personal sanitario por su exposición prolongada frente al virus.
No obstante, la tasa de letalidad de la enfermedad ha oscilado entre un 0 y un 11%, en la población en general. En la actualidad, esa tasa se sitúa en torno al 3-6%.
Viruela del mono: tratamiento
En lo que a viruela del mono se refiere, el tratamiento comienza con una atención clínica cercana para paliar los síntomas, mantener bajo control las complicaciones y evitar que aparezcan secuelas a largo plazo.
El enfermo debe recibir líquidos y alimento con el fin de conservar una nutrición adecuada.
En caso de infecciones de origen bacteriano secundarias, estas serán tratadas según se indique profesionalmente.
Tras los nuevos brotes de 2022 y con el análisis de datos obtenidos tras varios estudios, la Agencia Europea de Medicamentos autorizó para la viruela del mono y su tratamiento un antivírico denominado Tecovirimat, pero aún su disponibilidad es limitada.
Por su parte, varios estudios de observación han demostrado la eficacia, en un 85%, de la vacunación contra la viruela en la prevención de la viruela del mono.
Brotes de viruela del mono
En mayo de 2022 se comenzaron a notificar casos de viruela del mono en países donde esta enfermedad no es endémica. Desde entonces, la Organización Mundial de la Salud va actualizando los datos sobre este hecho.
Hasta el 8 de junio de 2022 se habían notificado a la OMS 1.285 casos, todos ellos confirmados por laboratorios, además de un probable caso más. Dichos casos se reparten entre 28 países.
De esos casos confirmados, el 87% son de la Región Europea (1.112 casos), 153 en América, 14 en la Región del Mediterráneo Oriental y 6 en la Región de Pacífico Occidental.
No obstante, la presentación clínica de estos casos hasta la fecha difiere en multitud de ocasiones con el cuadro clínico clásico de la viruela del mono.
Las características atípicas descritas incluirían:
- Aparición de muy pocas lesiones. Algunos enfermos solo presentan una lesión.
- Lesiones que empiezan en el área genital o perianal y no se extienden a otras zonas.
- Aparición de las lesiones antes de la inflamación de los ganglios linfáticos, la fiebre u otros síntomas.
- Lesiones que aparecen en diferentes etapas del desarrollo de la enfermedad.
Aunque aún no es considerado como un problema grave a nivel mundial, la situación continúa evolucionando. Por ello, la OMS estima que se seguirán identificando casos de viruela símica a medida que la vigilancia se extrema en todo el planeta.
¿Las mascotas pueden contagiar la viruela del mono?
Una de las cuestiones que más se ha planteado la sociedad desde que se han conocido estos casos actuales de viruela del mono y, sobre todo, sabiendo que los roedores pueden ser portadores del virus, es si nuestras mascotas podrían contagiarnos.
En la actualidad, cobayas o hámsteres son mascotas habituales en los hogares. No obstante, no corremos riesgo de contagio por estas u otras, si previamente ellas no han estado en contacto con otro animal o persona contagiada.
De ahí, que sea importante que cualquier persona que presente los síntomas de viruela del mono, se aisle tanto de otros humanos como de sus animales de compañía.
Aun así, a día de hoy la UE no ha notificado ningún caso animal con viruela del mono, ni doméstico ni salvaje.
En el caso de los perros y gatos, no existen a día de hoy datos suficientes para poder confirmar que estos animales sean susceptibles al contagio de la viruela símica. De todas maneras, este virus puede infectar a un rango muy amplio de hospedadores, por lo que se puede sospechar que cualquier mamífero podría tener algún riesgo de infectarse.
El brote se podría convertir en un grave problema si el virus llegase a los animales silvestres, ya que en ese caso sí sería muy difícil de controlar.
Pensemos, por ejemplo, en la posibilidad de que comiencen a infectarse los ratones. Muchos gatos salvajes, así como domésticos que tienen acceso al exterior, los cazan. Eso sería motivo de contagio para los felinos.
Síntomas de la viruela del mono en mascotas
Cabe aclarar que los roedores infectados por la enfermedad normalmente son asintomáticos.
Sin embargo, otros mamíferos sí suelen presentar síntomas. Al igual que los humanos, estos son variables, pero los más frecuentes son los cutáneos, empezando las lesiones en la zona de la cabeza y extendiéndose al resto de su cuerpo después, sobre todo patas y orejas.